Los milagros son expresiones de amor, pero puede que no siempre tengan
efectos observables.
Esto es muy
importante. Una de las trampas en las cuales cae la gente, como he dicho ya,
bien sea que trabaje con Un Curso En
Milagros o que siga cualquier otra forma de curación, es que quiere
resultados. Si no obtengo resultados, si su catarro no desaparece, si la herida
no se sana, si este tumor no desaparece, entonces quiere decir que no soy un
buen sanador. Todo lo que ha ocurrido es que hemos caído en la misma trampa de
hacer real el cuerpo.
Una de las
advertencias principales que el Curso
expresa consistentemente es: No hagan el
error real. Un Curso En Milagros
no cree en el pecado; pero si creyera, el pecado en contra del Curso sería hacer el error real.
Hacemos el error real cuando creemos que debemos hacer algo al respecto o en
contra del error. Una vez creamos que hay un problema en el nivel del cuerpo
que tiene que curarse, estamos entonces haciendo el error real. Tratar de
proyectar un círculo de luz alrededor de usted o alrededor de otra persona es
un ejemplo de hacer el error real, porque entonces usted afirma que la luz
tiene que proteger a esta persona o a mí mismo en contra de la oscuridad.
Obviamente, pues, usted hace la oscuridad real. Usted no tiene que luchar en contra de algo que es irreal. Usted
sólo lucha o se protege en contra de éste cuando cree que es real. La
protección de que habla el Curso es
la de nuestro sistema de pensamiento, lo cual quiere decir que corrijamos los
pensamientos erróneos que tenemos.
Eso
suena algo difícil. Mi pregunta es, ¿puede tener su bizcocho y comérselo
también? Por ejemplo, si necesita una aspirina, si necesita ir tras un poquito
de magia de vez en cuando...
No digo que
no deba hacerlo. Todo lo que digo es: Haga lo que sea que lo haga sentirse
mejor, pero no crea que eso hace lo que usted cree que hace. El Curso habla sobre la idea de traer las
ilusiones a la verdad, la oscuridad a la luz. El ego lo hace al revés. Trae la
verdad a la ilusión. La gente se sentirá tentada a tomar la verdad de este Curso, que es un sistema puro, y
traerla a las ilusiones que todos abrigamos. Hay ciertas cosas de las que no
queremos desprendernos, así que si a usted le gustan los círculos de luz,
entonces no quiere soltarlos. O si a usted le gusta clamar por espacios de
estacionamiento, usted no quiere dejar de hacerlo. Y no hay nada aquí que diga
que usted no debe hacerlo. Jesús no
está allá arriba con un látigo. El sólo dice que eso no le va a dar lo que
usted quiere, es todo. Si usted quiere gratificarse en el camino, creo que está
bien en tanto reconozca lo que hace. Eso es lo que importa.
Un Curso En Milagros no dice que no debemos sentir ira. Lo que dice es que no debemos
justificar la ira. Ese es el error. Todo el mundo va a sentir ira porque
tenemos egos. La idea es que cuando sintamos ira y molestia no la
justifiquemos. Eso es lo que dice Jesús
en el Capítulo 3 cuando habla sobre
la Expiación sin sacrificio T-3.I. Él dice que es en eso que se
equivocó la gente. Tuvo que invertir toda una manera de pensar para poder
justificar la percepción equivocada de que Dios hizo que Su Propio Hijo
sufriera.
En otras
palabras, la gente creó una teología que justificó la proyección de su propia
culpa. Pero cuando usted construye una teología, psicología, filosofía, una
teoría económica, o lo que sea para justificar la proyección de su propio ego,
va a tener dificultades. No hay nada malo en tener círculos de luz alrededor de
usted si eso es lo que lo hace sentirse mejor, pero cuando trata de hacerlos
parte de este sistema de pensamiento, ahí es que comete el error.
Cuando
usted habla en el Nivel Uno, todo
parece muy difícil, porque ese es el nivel que no admite componendas. Este dice
que al final usted comprende que "lo
falso es falso, y lo que es verdad jamás ha cambiado" L-pII.10.1:1. Todo en este mundo es
falso y, por lo tanto, usted no debe poner ninguna inversión en él. Pero nadie
que viva en el mundo del cuerpo, como todos nosotros, va a ser capaz de
desprenderse totalmente de la inversión en el mundo. Siempre habrá algunas
cositas, por suerte sólo cositas, a las cuales nos apegamos.
Ese es el Nivel Dos, el cual es un modo mucho más
tierno de contemplar todo esto. Lo que no admite componendas ni siquiera ahí es
la idea de no hacer el error real, no intentar justificar las percepciones
erróneas del ego.
No hay nada
malo en tener ataques de ego; todos vamos a tenerlos. El error radica en tratar
de decir, "Bien, esto es lo que el Curso
dice realmente," o "Esto es lo que dice la Biblia," o "Esto
es lo que Dios me dijo que debía hacer." Es mucho mejor decir únicamente,
"Bien, tuve un ataque de ego," o "A mi ego le agrada que tenga
un círculo de luz a mi alrededor," o que le pida un espacio de
estacionamiento al Espíritu Santo.
Eso está bien mientras no trate de decir que eso es lo que dice el Curso.
Una vez lo
haga, caerá en la misma trampa tal como ocurrió hace dos mil años, de tomar un
mensaje que era radiantemente puro y cubrirlo rápidamente con velos de
oscuridad y culpa de manera que termine convirtiéndose en una religión de odio,
más bien que de amor.
Supongo
que gratificarse a sí mismo bien sea tomando magia, tomando siestas, con placer
sexual, o cualquier otra clase de complacencia esté bien, en tanto usted sepa
que eso es lo que hace. Pero ¿acaso no hacemos el error real cada vez que nos
complacemos?
Sí, en el Nivel Uno. Pero en nuestra experiencia
aquí en el mundo del cuerpo [Nivel Dos],
tal "complacencia" puede ser una forma de aprender suavemente que
esto no es lo que en realidad queremos. Pero tiene que tener cuidado de no
engañarse a sí mismo, y de que no siga al ego más bien que al Espíritu Santo, y de no envolverse en
algo que lo hiera a usted y a otras personas y que haga su culpa más fuerte
aún. Todo lo que diría el Curso es: Haga lo que sea que usted quiere hacer,
pero no lo convierta en el Reino del Cielo. No haga de ello el centro de su
atención. Eso es todo. Lo que hacemos generalmente es convertirlo todo en la
gran cosa.
Pero usted hace el error
real cada vez que hace algo físico.
¡Por
supuesto! No puede hacer nada al respecto. Pero lo empeora cuando trata de
justificarlo. Es mejor decir que todavía tengo este cuerpo y creo que tengo
ciertas necesidades, y que hay ciertas cosas que me dan placer; hay ciertas
cosas que quiero evitar porque me causan dolor. Mientras sea un cuerpo voy a tener
esas cosas, pero eso no significa nada. Lo que tiene sentido es que perdone a
esta persona que trabaja conmigo o que vive conmigo, y que realmente quiero que
estas relaciones se sanen. Todo lo demás es algo tonto. La idea es hacer lo que
sea, pero no convertirlo en algo sensacional. De hecho, hay una línea casi al
final de este capítulo que dice que "los
impulsos físicos son impulsos milagrosos mal canalizados"
T-1.VII.1:3. Esa es otra manera de decir que hacer real el cuerpo, bien sea que
hablemos sobre sexualidad, enfermedad, ira o guerra, es una defensa en contra
de lo que realmente somos. Específicamente, en términos de sexualidad, se
refiere a la idea de que el unirse con la gente por medio del cuerpo no lo hará
sentirse cómodo, porque la única unión posible se hace a través de la mente.
En otras
palabras, todos anhelamos regresar a casa con Dios porque ese es el centro de
nuestro problema. De algún modo sentimos que si nos acercamos a las personas
bien sea que hablemos de acercarnos sexualmente o sólo físicamente, en alguna
forma eso deshará la separación. Obviamente, no sucederá así porque el problema
no tiene nada que ver con el cuerpo. Repito, es nuestro uso del cuerpo lo que
constituye el error, el tratar de justificar o de espiritualizar algo que no
tiene nada que ver con lo espiritual. Es el uso de éste lo que es importante.
¿Podría
el Espíritu Santo estarle diciendo que esto no es lo correcto porque refuerza
una carencia que usted cree que es real? En otras palabras, usted necesita este
placer en este momento, así que al caer en el abismo de aceptarlo, refuerza la
falta.
Sí, si mira
esto desde un punto de vista muy práctico, creo que la clave es que si algo se
convierte en una preocupación, como por ejemplo no puedo ser feliz a menos que
me acueste con esta persona, no puedo ser feliz a menos que coma cierta clase
de alimento, no puedo ser feliz a menos que obtenga cierto automóvil, y así
sucesivamente, esa es una bandera roja. Lograr esto se convierte en el Reino del Cielo, y la ausencia de ello
se vuelve el infierno.
Cuando cae
en una trampa así, ésta es una bandera roja que le dice que usted está tratando
muy tenazmente con relaciones especiales, no importa la forma. Pero la idea es
que no convierta en una gran cosa algo que no lo es. Lo que es la gran cosa en
este mundo es la culpa, y la respuesta para eso es el perdón. Eso es lo
importante.
¿Dice algo el Curso
acerca de la resurrección del cuerpo?
¿Cómo podría resucitarse el cuerpo si éste no
muere? Del mismo modo que el cuerpo no puede sanarse
porque jamás estuvo enfermo, éste no puede resucitar de entre los muertos
porque jamás murió. Un Curso En Milagros
sí habla mucho acerca de la resurrección. Recuerden, el cuerpo no hace nada. La
mente sí hace. La resurrección es el
despertar del sueño de muerte. Lo que ocurrió con Jesús fue que él despertó de la pesadilla del mundo en el que
estamos todos nosotros. En nuestra percepción del mundo y ciertamente en la de
la gente a su alrededor que no entendió de lo que él hablaba, Jesús resucitó de entre los muertos.
Ellos
pudieron sentir su presencia. Por lo
tanto, sumaron dos más dos y obtuvieron cinco, algo que todos hacemos muy bien.
Jesús sí se les apareció en sus
mentes, en la forma que ellos podían aceptarlo, lo que obviamente tenía que ser
una forma que ellos identificaran con Jesús,
la cual tenía que ser un cuerpo. Pero su resurrección fue realmente un
despertar de esta pesadilla, que es un sueño de muerte, de separación, ataque,
agresión, etc.
Pero,
repito, la clave es que una vez usted dice que el cuerpo resucita, afirma que
el cuerpo murió, lo cual quiere decir que usted considera que el cuerpo es
real. El testigo más poderoso de la
realidad del mundo del ego es la muerte, porque ésta sostiene que el cuerpo
vivió. Si el cuerpo vivió, entonces el ego tiene que vivir y todo el
sistema de pensamiento del ego tiene que ser cierto. Lo que Jesús nos enseñó es que el cuerpo no
muere, el cuerpo no resucita, el cuerpo no hace nada y, por eso, él permanece
con nosotros a pesar de lo que le ocurrió a su cuerpo.
Hay una
línea al final del Capítulo 15, escrita en la Navidad, que dice: "El Príncipe de la Paz nació para
re-establecer la condición del amor, enseñando que la comunicación continúa sin
interrupción aunque el cuerpo sea destruido, siempre y cuando no veas el cuerpo
como el medio indispensable para la comunicación" T-15.XI.7:2.
¿Quiere decir que él
sólo tomó la forma?
¿Y qué hay de cuando él se le apareció a los apóstoles?
¿Y qué hay de cuando él se le apareció a los apóstoles?
El
"apareció" en la mente de las personas.
¿Y a Tomás le dijeron que
tocara su costado?
Yo no estoy
seguro de cuánto de eso ocurrió en realidad. El Evangelio de Juan,
especialmente, se escribió en parte para combatir lo que creyeron que era una
amenaza de los Gnósticos, quienes ya comenzaban a ser una amenaza real dentro del
cristianismo. Algunos Gnósticos
enseñaron que Jesús no fue un
cuerpo. A éstos los llamaron "docetistas,"
un término derivado de una palabra griega que significa ilusión. Lo que muestra
ese incidente de los evangelios, supuestamente, es que Jesús tuvo un cuerpo porque Tomás lo tocó. Estoy seguro de que
muchos eruditos de las escrituras negarían que ese fue en realidad un hecho
histórico. Lo verían más bien en términos de la teología que enseñaba Juan de
que Jesús estuvo en un cuerpo; y esa
enseñanza iba específicamente dirigida contra los Gnósticos.
¿Descarta usted las
proyecciones astrales, entonces? Esto parece como una posible explicación de lo
que la gente creyó ver.
¿Qué si las
descarto? No, esa es otra manera de verlo; pero aun así es del ego.
Como lo describieron
atravesando paredes, apareciendo y reapareciendo, parecía...
Realmente hay que cuestionar todas las apariciones
relacionadas con la resurrección que mencionan los evangelios. La mayoría de
los eruditos de las escrituras sí lo hace. Las apariciones de la resurrección en los cuatro evangelios se contradicen
unas a otras. En datos básicos, como quién lo vio y cuándo, se contradicen. La
opinión de consenso es que se obtiene una expresión de la teología que emergía
de las distintas iglesias cristianas de aquel tiempo más bien que de cualquier
hecho histórico. Es por eso que intentar decir qué hizo Jesús o qué no hizo es muy difícil; nadie sabe en realidad lo que
él hizo, en primer lugar. Hay muy poca historia en los evangelios, pero sí
mucha teología y gente que re-leen en la historia lo que ellos quisieran que
hubiera en ella. Dicho sea de paso, el Curso
no hace comentarios al respecto ni trata esos temas.
Santa Teresa tenía
entrevistas con Jesús en la palma de su mano. Entiendo que sus visiones eran
muy fuertemente preceptúales.
Correcto.
Si usted trabaja con Un Curso En Milagros
debe aceptar la premisa de que todo procede de lo que está en nuestras mentes.
No hay nada fuera de nosotros. Todo es una proyección de lo que está en nuestro
interior, lo cual quiere decir entonces que usted puede proyectar lo que
quiera. Los psicólogos han hecho esto por años y años con las pruebas
proyectivas. La gente ve toda clase de cosas en los estímulos preceptúales que
no tienen formas reconocibles específicas, como en las Pruebas Rorschach con
manchas de tinta. Vemos lo que queremos ver, lo cual creo que no le resta nada
al mensaje básico contenido en los evangelios. De hecho, realmente el Curso hace ese mensaje de perdón muy,
muy claro.
Aún estamos
discutiendo el Principio 35, que los
"milagros puede que no siempre tengan efectos observables."
Lo que es
importante es el efecto que el milagro
sí tiene, que es traerle paz al obrador de milagros. De hecho, cuando vuelva mi
mente hacia Jesús y no vea que
alguien ataca o es atacado, me sentiré en paz. Lo que ocurra después de eso es
entre Jesús y la otra persona.
He cumplido mi parte. El regalo de mi paz es otorgado a esa otra persona, aun cuando él o ella no lo acepte.
Esto significaría que el milagro puede que no tenga efectos observables. Hay una serie de
preguntas en el manual para el maestro que trata sobre la curación y plantea el
mismo asunto. Una de las preguntas es, "¿Debe repetirse la curación?"
M-7. Esta tiene que ver con una
situación en la cual alguien parece no haber sanado. El punto es que si usted
cree que alguien no se ha curado, está haciendo el cuerpo real porque busca
algo en el nivel del cuerpo.
Otra área
hacia la cual se apunta aquí se cubre en una lección que dice: "Cuando me
curo, no soy el único que se cura" L-pI.137.
Puesto que todas las mentes están unidas y son una dentro de este holograma,
cuando mi mente se cure y extienda mi paz, o la paz se extienda a través de mí,
ésta tocará a todas las demás mentes, de cuya mayoría yo no tengo consciencia. Como no existe la realidad del tiempo como
una expresión lineal, o como tiempo en sí, entonces esta curación puede ocurrir
a través de todas las dimensiones temporales. Obviamente, nosotros no
tenemos consciencia alguna de esto. Nuestra única labor, repito, es permitir
que nuestra mente individual se sane. Lo que ocurra después es de la sola
incumbencia del Espíritu Santo.