[L-pI.128.4] No dejes que nada que esté relacionado con pensamientos corporales te demore en tu avance hacia la salvación, ni que la tentación de creer que el mundo puede ofrecerte algo que deseas te retrase. No hay nada aquí que valga la pena anhelar.
Nada aquí es digno de un instante de retraso o de dolor, ni de un solo momento de incertidumbre o de duda.
Lo que carece de valor no ofrece nada. Lo que verdaderamente tiene valor no se puede hallar en lo que carece de valor.
[T-11.I.3] Si tú no formases parte de Dios, Su voluntad no estaría unificada. ¿Es concebible esto? ¿Podría una parte de Su mente no contener nada? Si nadie excepto tú puede ocupar tu lugar en Su mente, y el que tú lo ocupases constituyó tu creación, sin ti habría un lugar vacío en la mente de Dios. La extensión no puede ser bloqueada, ni tampoco tiene vacíos. Continúa eternamente, por mucho que sea negada. Negar su realidad puede constituir un retraso en el tiempo, pero no en la eternidad. Por eso es por lo que tus creaciones no han cesado de extenderse y por lo que hay tanto esperando tu retorno.