Mostrando las entradas con la etiqueta curación. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta curación. Mostrar todas las entradas

Luz ó Obscuridad

De la obscuridad del ego a Luz del Espíritu...

Es imposible concebir la luz y la obscuridad, o todo y nada, como posibilidades compatibles. Estos conceptos son o completamente verdaderos o completamente falsos. Es esencial que te des cuenta de que tu pensamiento seguirá siendo errático hasta que te comprometas firmemente con la luz o con la obscuridad. No obstante, un compromiso firme con la obscuridad o con la nada, es imposible. 

No hay nadie que haya vivido que no haya experimentado alguna luz o alguna cosa. 
Nadie es capaz, pues, de negar completamente la verdad, aunque piense que puede.  
T-3.II.1:3-8

El Espíritu Santo no puede hablarle a un anfitrión que no le dé la bienvenida, puesto que no sería oído. El Eterno Invitado jamás se ausenta, pero Su Voz se vuelve cada vez más tenue en compañía de extraños. Necesita tu protección, únicamente porque la atención que le prestas es señal de que deseas Su Compañía.  
Piensa como Él aunque sólo sea por un momento y la pequeña chispa se convertirá en una luz tan resplandeciente que inundará tu mente para que Él se convierta en tu único Invitado. 
Siempre que le abres las puertas al ego, menoscabas la bienvenida que le das al Espíritu Santo. Él no sé ausentará, pero habrás hecho una alianza contra Él. Sea cual sea la jornada que decidas emprender, Él irá contigo y esperará. Puedes confiar plenamente en Su paciencia, pues Él no puede abandonar a ninguna parte de Dios. Mas tú necesitas mucho más que paciencia.

No podrás descansar hasta que sepas cuál es tu función 
y la lleves a cabo, pues sólo en esto pueden estar completamente unidas la voluntad de tu Padre y la tuya. Tener a Dios es ser como Él, y Él se ha dado a Sí Mismo a ti. Tú que tienes a Dios debes ser como Dios, pues mediante Su regalo Su función se convirtió en la tuya. Invita este conocimiento de nuevo a tu mente y no dejes entrar ninguna otra cosa que lo pueda enturbiar. 
El Invitado que Dios te envió te enseñará cómo hacer esto sólo con que reconozcas la pequeña chispa y estés dispuesto a dejar que se expanda
No es necesario que estés enteramente dispuesto a ello porque Él lo está. Si simplemente le ofreces un pequeño lugar, Él lo iluminará tanto que gustosamente dejarás que éste se expanda. Y mediante esta expansión, comenzarás a recordar la creación.


T-11.II.5-6

Curación - Sanación

La curación es un pensamiento...
por medio del cual dos mentes perciben su unidad y se regocijan. Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación a que se regocijen junto con ellas, y permite que Dios acuda a ellas y se manifieste a través de ellas. T-5.I.1


T-14.IX.7. Si pudieses darte cuenta, aunque sólo fuese por un instante, del poder curativo que el reflejo de Dios que brilla en ti puede brindar a todo el mundo, apenas podrías esperar a limpiar el espejo de tu mente a fin de que pudiese recibir la imagen de santidad que sana al mundo. La imagen de santidad que refulge en tu mente no se encuentra oculta ni jamás podrá cambiar. Su significado le resulta evidente a todo aquel que la contempla, pues todos la perciben de la misma manera. 

Todos llevan sus diferentes problemas ante su luz sanadora y allí todos quedan resueltos.

T-14.IX.8. La respuesta de la santidad a cualquier forma de error es siempre la misma. No hay contradicción en lo que la santidad suscita. Sea cual fuere lo que se lleve ante ella su única respuesta es la curación. 

Aquellos que han aprendido a ofrecer únicamente curación, están por fin listos para alcanzar el Cielo debido a la santidad que se refleja en ellos. 

En el Cielo la santidad no es un reflejo, sino la verdadera condición de lo que aquí no era más que un reflejo en ellos. Dios no es una imagen, y Sus creaciones en cuanto que parte de Él, lo contienen a Él dentro de ellas mismas. Ellas no reflejan simplemente la verdad, sino que son la verdad.

 Regresar a la Lección 62

Verdadera Curación

S.III.3.1 Alguien sabe más, se ha adiestrado mejor, o es quizas más talentoso y sabio. Puede, por lo tanto, dar sanación a alguien que es inferior y esta bajo su patrocinio… ¿Cómo iba a ser posible esto? La verdadera sanación no puede proceder de la desigualdad asumida y luego aceptada como la verdad, y usarse para sanar a los heridos y calmar la mente que sufre de la agonía de la duda… No te haces a ti mismo el portador del regalo especial que da lugar a la sanación. Lo único que haces es reconocer tu unicidad con el que te pidió ayuda. Pues en está unicidad se desaparece su sentido de separación que es lo que lo enfermó. No tiene sentido administrar remedio alguno excepto donde la fuente de la enfermedad no se encuentra, de lo contrario nunca puede sanarse verdaderamente.