Los milagros se asocian con el miedo debido únicamente a la creencia de que
la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. Crees que lo que no puedes ver con
los ojos del cuerpo no existe. Esta creencia te lleva a negar la visión
espiritual.
Permítanme dedicarle un poco más
de tiempo a éste. El ego nos enseña que el centro de nuestro ser es este oscuro
lugar pecaminoso que es nuestra culpa, y que esto es lo que realmente somos.
Hay una lección que dice que si realmente se mirara introspectivamente, usted
creería que si la gente lo viera como usted cree que es, se alejaría de usted
como si se tratase de una serpiente venenosa L-pI.93.1:1-2.
Creemos que somos miserables
personas pecaminosas. Entonces creemos que de algún modo podemos protegernos
del horror de jamás acercarnos a esto defendiéndonos con todas las armas que
usa el ego. Estas son lo que Freud llamó los mecanismos de defensa, y los más
importantes de éstos son la negación y la proyección. Nosotros simulamos que
esto no es lo que somos, después que primero habíamos simulado que esto es
exactamente lo que somos. Luego tratamos de esconderlo cubriéndolo con un manto
de inconsciencia y proyectándolo hacia afuera. Finalmente, no veo más que ese
oscuro lugar de culpa está en mí; lo veo en otros y los ataco por ello.
Esto significa que creemos que
esta defensa puede esconder lo que está debajo. Al proyectar sobre otra
persona, creo que mi culpa puede esconderse de mí. Esta es la creencia de que
la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. La "oscuridad" en esta
aseveración puede equipararse con la palabra "defensa." Mi defensa
puede ocultar esto, lo que quiere decir que necesito mi defensa para protegerme
de mi propia culpa. El ego me enseña que si renuncio a esto, no voy a tener
nada que me proteja de mi culpa, y voy a tener muchas dificultades. El ego
enseña que las defensas nos protegen; la oscuridad puede ocultar. Esto, pues,
aumenta el miedo de que si renuncio a la oscuridad, me voy a exponer
completamente a esta culpa y voy a tener dificultades. El ego jamás nos dice
que las defensas no ocultan: el hecho de que yo no vea la culpa no significa
que la misma no esté ahí.
Una importante línea que aparece
más adelante en el texto dice que "las defensas dan lugar a lo que quieren
defender" T-17.IV.7:1, lo cual
es un principio muy importante. La razón de que invirtamos tanto tiempo y
esfuerzo y energía en mantener las defensas es que creemos que éstas nos protegerán
de aquello que tememos. El propósito de todas nuestras defensas es protegernos
de nuestra culpa. Lo que el ego jamás nos dice es que mientras más invirtamos
en una defensa, más afirmamos, de hecho, que hay algo horrible dentro de
nosotros. Si yo no tuviera esta culpa horrorosa, no tendría que molestarme con
la defensa.
Por lo tanto, mientras más
invierta en tener una defensa contra mi culpa, a la cual le temo, más temeroso
me voy a sentir porque el hecho de que tengo una defensa me dice: "Mejor te
cuidas; hay algo dentro de ti que es vulnerable." Eso es lo que quiere
decirnos Un Curso En Milagros cuando
afirma que "las defensas dan lugar a lo que quieren defender." Su
propósito es defendernos del miedo, pero realmente refuerzan el mismo. El ego jamás
nos dice eso.
En una sección muy poderosa en el Capítulo 27 del texto titulada El temor
a sanar T-27.II, el Curso aclara por qué el ego nos enseña
a tenerle miedo a los milagros y a la curación. El ego enseña que si usted
escoge el milagro y renuncia a las
defensas del ataque [i.e., ver a su hermano como su amigo y no como su enemigo],
no tendrá nada sobre lo cual proyectar su culpa. Esta permanecerá con usted y
lo destruirá. Y entonces el miedo crece en realidad.
Ese es otro ejemplo de lo que
quiere decir el Curso más adelante
cuando afirma que cuando usted comienza a escuchar la Voz del Espíritu Santo y a prestarle atención a
lo que Él dice, su ego se tornará perverso T-9.VII.4:4-7.
La perversidad del ego es siempre alguna forma de
miedo, de terror, el cual se proyecta luego en forma de ira, destrucción, etc.
El ego enseña que si nos desprendemos de nuestras defensas, se desatará el
mismo infierno, literalmente. Los psicólogos caen en la misma trampa cuando
enseñan que si usted no tiene defensas se pondrá psicótico.
Es
realmente lo contrario. Si usted no tiene defensas se sanará, no se volverá
psicótico. Pero eso no quiere decir que usted despoje a la gente de sus
defensas. El proceso tiene que ser muy suave y amoroso, y el terapeuta a menudo
tiene que ser muy paciente. Para repetir, esto no significa que debamos
despojarnos de todas las defensas. Lo que sí quiere decir es que si usted sigue
la dirección del Espíritu Santo, la
meta será no tener defensas. Y luego cuando mire introspectivamente, usted no
verá pecado; verá que no hubo pecado. Ese es el final del viaje.
"Los milagros se asocian con el miedo únicamente debido a la creencia de que la oscuridad tiene la capacidad de ocultar."
Una vez usted puede reconocer
que la oscuridad no tiene la capacidad de ocultar, que las defensas no hacen lo
que dicen que hacen, entonces usted está listo para dar el próximo paso, el
cual se explica más adelante en el Capítulo 1 del texto T-1.IV. Entonces usted comprende que no hay nada que haya que
ocultar porque la culpa no es nada terrible; es sólo un tonto sistema de
creencias que desaparecerá.
Es por eso
que tenemos miedo de escoger un milagro,
lo cual se traduce a por qué tenemos miedo en verdad de perdonar a alguien, de
realmente desprendernos del pasado y entender que no somos víctimas no importa
cuán convincentemente las experiencias del mundo nos quieran enseñar esa
creencia. Todos somos muy buenos cuando se trata de racionalizar por qué no
queremos renunciar a todo esto.
La verdadera razón por la cual no queremos renunciar a todo esto es porque no queremos estar en paz. De esto es que habla el Curso más adelante como la atracción de la culpa del ego T-19.IV-A.
Preferimos ser culpables y hacer la culpa real; luego tenemos que defendernos contra la misma.
Creemos que
lo que nuestros ojos físicos no ven no existe. Este es realmente el principio
del avestruz, que es el principio de la represión o negación. Si no veo un
problema, éste no existe. Si cubro mi culpa, entonces no está ahí. Esa es la
idea, repito, de que la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. Esto conduce
luego a la negación de la "visión espiritual," el término que se
utiliza en las primeras secciones del Curso
en vez de "visión." Y, cuando Un
Curso En Milagros habla sobre visión,
o vista espiritual, no se refiere a
ver con los ojos de uno. Habla de ver con los ojos del Espíritu Santo, lo cual es una actitud. No tiene nada que ver con
la vista física.