Has elegido estar en el tiempo en vez de en la eternidad, y, por consiguiente, crees estar en el tiempo. Sin embargo, tu elección es a la vez libre y modificable. No te corresponde estar en el tiempo. Te corresponde estar únicamente en la eternidad, donde Dios Mismo te ubicó para siempre.
El estudio del tiempo (curiosamente la nada, todo es tiempo es meramente psicológico) es parte imprescindible de las enseñanzas de Jesús, tanto que la palabra aparece más de 500 veces en múltiples secciones a lo largo del texto. ¿Para que?... ¿Cual es el propósito?... ¿pos, no que el tiempo no existe?, ect. El tiempo al igual que el cuerpo, y el mundo son recursos de aprendizaje que una vez entregados al Espíritu Santo son re interpretados para así lograr prescindir de ellos. El Espíritu Santo se vale de nuestras ilusiones para demostrarnos como utilizar estos recursos de enseñanza para que estos llegen a ser innecesarios.
T-5.III.6. He subrayado repetidamente que uno de los niveles de la mente no es comprensible para el otro. Lo mismo ocurre con el ego y el Espíritu Santo, con el tiempo y la eternidad. La eternidad es una idea de Dios, por lo tanto, el Espíritu Santo la comprende perfectamente. El tiempo es una creencia del ego, por lo tanto, la mente inferior -el dominio del ego- la acepta sin reservas. El único aspecto del tiempo que es eterno es el ahora.
T-5.VI.1. Dios en Su conocimiento no está esperando, pero a Su Reino le falta algo mientras tú esperes. Todos los Hijos de Dios están esperando tu retorno, tal como tú estás esperando el suyo. En la eternidad las demoras no importan, pero en el tiempo son ciertamente trágicas. Has elegido estar en el tiempo en vez de en la eternidad, y, por consiguiente, crees estar en el tiempo. Sin embargo, tu elección es a la vez libre y modificable. No te corresponde estar en el tiempo. Te corresponde estar únicamente en la eternidad, donde Dios Mismo te ubicó para siempre.
T-13.IV.7. Es evidente que la percepción que el Espíritu Santo tiene del tiempo es exactamente la opuesta a la del ego. La razón de ello es igualmente clara, pues la percepción que ambos tienen del propósito del tiempo es diametralmente opuesta. Para el Espíritu Santo el propósito del tiempo es que éste finalmente se haga innecesario. El Espíritu Santo considera que la función del tiempo es temporal, al estar únicamente al servicio de Su función docente que, por definición, es temporal. Hace hincapié, por lo tanto, en el único aspecto del tiempo que se puede extender hasta el infinito, ya que el ahora es lo que más se aproxima a la eternidad en este mundo. En la realidad del "ahora", sin pasado ni futuro, es donde se puede empezar a apreciar lo que es la eternidad. Pues sólo el "ahora" está aquí, y sólo el "ahora" ofrece las oportunidades de los encuentros santos en los que se puede encontrar la salvación.
...joya que define la practica continua de todo Maestro de Dios
El ahora es el momento de la salvación, pues en el ahora es cuando te liberas del tiempo. Extiéndele tu mano a todos tus hermanos, e infúndelos con el toque de Cristo. [T-13.VI.9.1]
T-2.I.4. Te liberas cuando aceptas la Expiación, lo cual te permite darte cuenta de que en realidad tus errores nunca ocurrieron.
El presente es la liberación de la mente condicionada por el pasado y consecuentemente el deseo de abrigar culpa. El presente es lo que mas se acerca a la eternidad aqui en la tierra, es el umbral a la intemporalidad cuando es verdaderamente profundo.
T-17.III.8. El pasado se convierte en la justificación para entablar una alianza continua y profana con el ego contra el presente. Pues el presente es perdón.
asi como tambien nos dice que la Expiación se centra en el pasado, que es la fuente de la separación debe ser corregida.
T-13.I.7:4 Pues Dios no espera a Su Hijo en el tiempo ya que jamás ha estado dispuesto a estar sin él. Y, por lo tanto, así ha sido siempre. Permite que el fulgor de la santidad del Hijo de Dios disipe la nube de culpabilidad que nubla tu mente, y al aceptar como tuya su pureza, aprende de él que es tuya.