El Espíritu Santo es el medio de comunicación más elevado. Los milagros no
entrañan ese tipo de comunicación, debido a que son medios temporales de
comunicación. Cuando retornes a la forma original de comunicación con Dios, por
revelación directa, los milagros dejarán de ser necesarios.
Esto
refleja la idea de que el Espíritu Santo
se comunica con nosotros desde Dios. Él es ese puente o mediador entre el Cielo
y el infierno, o la realidad y el sueño. Esto, repito, es una diferencia entre
el milagro y la revelación.
"Cuando retornes a la forma original de
comunicación con Dios por revelación directa, los milagros dejarán de ser
necesarios." Cuando terminemos nuestra
asignación, hayamos recorrido nuestro camino, y hayamos perdonado a todo el que
haya que perdonar, ya no necesitaremos al Espíritu
Santo como el eslabón que nos una con Dios porque ya no hay ninguna mente
separada que necesite unirse con Dios. Entonces habremos recobrado la
consciencia de perfecta unidad con El. La meta del milagro no es Dios sino el cambio de percepción que hace expedito
el camino hacia Él. Esa es la función del Espíritu
Santo. El milagro tiene sentido
únicamente en el mundo separado.