La oración es el vehículo de los milagros. Es el medio de comunicación
entre lo creado y el Creador. Por medio de la oración se recibe amor, y por
medio de los milagros se expresa amor.
Este
principio introduce la idea de la oración, una palabra que no se usa a menudo
en el Curso. Generalmente, el trato
que el Curso le da a la oración se
relaciona con la idea de petición, de orar por algo o por alguien. Con
frecuencia, esa es la manera en que Un
Curso En Milagros utiliza la palabra "oración" y, como dice más
adelante en el texto, "la única oración que tiene sentido es la del perdón
porque los que han sido perdonados lo tienen todo". T-3.V.6:3.
Una vez que
usted le pide a Dios porque ocurra algo en el nivel del cuerpo, bien sea el
suyo o el de otra persona, está haciendo real al cuerpo y al mundo, lo cual
significa que usted está cayendo en la trampa del ego. Como vimos antes,
básicamente usted le dice a Dios lo que tiene que hacer. Está diciéndole a
Dios: "Este es mi problema," o "Quiero que Te encargues de esto
y espero que lo hagas." Ese es otro ejemplo de la arrogancia del ego el
cual usurpa el lugar de Dios.
Así que
cuando el Curso dice que "la única oración que tiene sentido es la del
perdón," está señalando que por lo único que debemos orar es porque
nuestras mentes se sanen de la manera de pensar del ego y que cambien a la
manera de pensar del Espíritu Santo.
En efecto, es lo que hace nuestra pequeña dosis de buena voluntad. Es una
manera de orar pidiendo la ayuda del Espíritu
Santo de modo que compartamos Su percepción del mundo en lugar de la
nuestra.
No hay que
decirle al Espíritu Santo hacia
donde debe extender Su milagro o Su
amor en el mundo. Todo lo que se necesita es que nos quitemos de en medio, que
es lo que hace el perdón, de modo que Él pueda entonces obrar a través de
nosotros y utilizarnos como Sus instrumentos. El folleto El canto de la oración
usa una analogía de la oración como una escalera, y el peldaño superior de ésta
es lo que podríamos llamar oración mística, o la oración como una experiencia
de comunión con Dios.
Todos los
peldaños inferiores son pasos hacia esa experiencia. Comienza con la idea de
orar para pedir cosas o de orar por otras personas, y progresar por medio de
esto, hasta reconocer que no oramos por los demás; en realidad oramos por
nosotros mismos. Pero, casi siempre, cuando el Curso utiliza la palabra "oración," lo hace en la misma
forma que las religiones tradicionales la han usado—como el orar para pedir
cosas—y, obviamente, éste tiene una opinión distinta al respecto.
Aquí, sin
embargo, cuando habla acerca de la oración, refleja ese peldaño superior de la
escalera, que podría ser una experiencia de haberse unido con Dios a través del
Espíritu Santo. En ese sentido,
pues, la oración se convierte en el "vehículo de los milagros." El
alinear nuestras voluntades con la de Jesús
o el Espíritu Santo es lo que
permite que Su milagro obre a través
de nosotros.
Básicamente,
Un Curso En Milagros habla acerca de
la revelación en este primer capítulo únicamente, y lo hace al referirse a la
oración como un "medio de comunicación entre lo creado y el Creador."
El Curso establece una diferencia entre la
revelación y el milagro—la
revelación es una experiencia temporaria de unidad con Dios, la cual no
constituye la meta del Curso. Es por
eso que no la discute posteriormente. La revelación se contrasta con el milagro, la experiencia de unión con el
Espíritu Santo que consecuentemente
nos une con todos los demás. "La revelación te une directamente a Dios.
Los milagros te unen directamente a tu hermano. T-1.II.1:5-6. Si una persona tiene una experiencia reveladora,
santo y bueno, pero ese no es el centro de interés del Curso.
"Por
medio de la oración se recibe amor, y por medio de los milagros se expresa
amor." Lo que se discute aquí es la experiencia de sentir el Amor de Dios
y de permitir luego que el Espíritu
Santo tome ese Amor y lo extienda por medio de nosotros. El propósito de
esto, por consiguiente, es permitir que se nos purifique de cualesquiera de las
cosas que pudieran impedir que el Espíritu
Santo nos utilice como canales de Su Amor.
¿Qué tal las
oraciones al final del libro de ejercicios, todas dirigidas al Dios Padre?
Ese es otro
ejemplo de las inconsistencias del Curso
en el nivel del lenguaje o expresión. En otra parte, como ya sabemos, Un Curso En Milagros hace bien claro que
Dios ni siquiera sabe de este mundo, el sueño del Hijo que duerme y que está
fuera de Su Mente. T-4.II.8;
T-18.VIII.4,6. De modo que no tendría mucho sentido, en este nivel, orarle
a Él. Pero el Curso no se adhiere rígidamente a una forma de expresión.
Lo que
realmente hace es utilizar a "Dios" como una metáfora en lugar de Espíritu Santo, que es Su Voz.
Encontrarán eso mismo justo al final del Canto de la oración, donde la primera
persona es el Mismo Dios. Así que, realmente el Curso le ofrece al lector una variedad en términos de forma, bien
sea para pedirle a Dios, al Espíritu
Santo, a Cristo, a Jesús o a
cualquier otro con quien se sienta a gusto—eso no tiene importancia.