A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona.
Esto finalmente vuelve a despertar la Visión Espiritual y,
al mismo tiempo, mitiga el apego a la Visión física.
al mismo tiempo, mitiga el apego a la Visión física.
Este alternar entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo.
Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios.
T-2.III.3:6-10