ABUNDANCIA (001) – el principio del Cielo que contrasta con la creencia del ego en la escasez; al Hijo de Dios jamás puede faltarle nada o tener necesidades, puesto que los regalos de Dios, otorgados eternamente en la creación, siempre están con él.
Nota—puesto que abundancia y escasez generalmente se discuten juntos, ëscasez y términos relacionados con el ego no se incluyen abajo.
GLOSARIO-ÍNDICE / abundancia
caridad / T-4.II.6-7
creación / T-1.IV.3; T-26.VII.13
Cristo / T-1.V.6
Dios / T-4.III.9; T-4.VII.5; T-7.VII.10; T-28.III.9
extensión / T-7.VIII.1; T-7.VII.7
Filiación / T-1.IV.4; T-1.V.4; T-12.III.5; L-pI.165.6
grandeza / T-9.VIII.9
inocencia / T-3.I.6
mundo real / L-pl.54.5; L-pII.249.1
verdad / T-1.IV.3
Duración approximada de lectura 15min
caridad
T-4.II.6-7
V. La función del obrador de milagros
T-2.V.9 Curar es una habilidad que se desarrolló después de la separación, antes de la cual era innecesaria. Es temporal al igual que todos los aspectos de la creencia en el tiempo y en el espacio. Mientras el tiempo continúe, no obstante, la curación seguirá siendo necesaria como medio de protección. Esto se debe a que la curación se basa en la caridad, y la caridad es una forma de percibir la perfección en otro aun cuando no puedas percibirla en ti mismo. La mayoría de los conceptos más elevados que ahora eres capaz de concebir dependen del tiempo. La caridad, en realidad, no es más que un pálido reflejo de un amor mucho más poderoso y todo-abarcador, el cual está mucho más allá de cualquier forma de caridad que te hayas podido imaginar hasta ahora. La caridad es esencial para la mentalidad recta aun en la pequeña medida en que ahora puedas alcanzarla.
T-2.V.10 La caridad es una manera de ver a otro como si ya hubiese llegado mucho más allá de lo que en realidad ha logrado en el tiempo hasta ahora. Puesto que su pensamiento tiene fallos, no puede ver que la Expiación es para él, pues, de otro modo, no tendría necesidad de caridad. La caridad que se le concede es a la vez una confirmación de que necesita ayuda, así como el reconocimiento de que la aceptará. Estas dos percepciones denotan claramente su dependencia del tiempo, haciendo patente el hecho de que la caridad opera todavía dentro de las limitaciones de este mundo. Dije anteriormente que sólo la revelación transciende el tiempo. El milagro, al ser una expresión de caridad, tan sólo puede acortarlo. Hay que entender, no obstante, que cuando le ofreces un milagro a otro estás acortando su sufrimiento y el tuyo. Esto corrige tanto retroactivamente como progresivamente.
II. El ego y la falsa autonomía
T-4.II.6 Sólo aquellos que tienen una sensación real y duradera de abundancia pueden ser verdaderamente caritativos. Esto resulta obvio cuando consideras lo que realmente quiere decir ser caritativo. Para el ego dar cualquier cosa significa tener que privarse de ella. Cuando asocias el acto de dar con el sacrificio, das solamente porque crees que de alguna forma vas a obtener algo mejor, y puedes, por lo tanto, prescindir de la cosa que das. "Dar para obtener" es una ley ineludible del ego, que siempre se evalúa a sí mismo en función de otros egos. Por lo tanto; está siempre obsesionado con la idea de la escasez, que es la creencia que le dio origen. Su percepción de otros egos como entes reales no es más que un intento de convencerse a sí mismo, de que él es real. El "amor propio", desde el punto de vista del ego, no significa otra cosa que el ego se ha engañado a sí mismo creyendo que es real, y, por lo tanto, está temporalmente menos inclinado a saquear. Ese “amor propio" es siempre vulnerable a la tensión, término éste que se refiere a cualquier cosa que él perciba como una amenaza a su existencia.
T-4.II.7 El ego vive literalmente a base de comparaciones. La igualdad es algo que está más allá de lo que puede entender y, por lo tanto, le es imposible ser caritativo. Lo que el ego da nunca emana de una sensación de abundancia porque él fue engendrado precisamente como un sustituto de ésta. Por eso es por lo que el concepto de "obtener" surgió en su sistema de pensamiento. Los apetitos son mecanismos para "obtener" que representan la necesidad del ego de ratificarse a sí mismo. Esto es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales como en el de las llamadas "necesidades más elevadas del ego". El origen de los apetitos corporales no es físico. El ego considera al cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él. Pero la idea de que eso es posible es una decisión de la mente, que está completamente confundida acerca de lo que realmente es posible.
creación
T-1.IV.3; T-26.VII.13
IV. Cómo escapar de la oscuridad
T-1.IV.3 La oscuridad es falta de luz de la misma manera en que el pecado es falta de amor. No tiene cualidades únicas propias. Es un ejemplo de la creencia en la "escasez", de la cual sólo se pueden derivar errores. La verdad es siempre abundante. Los que perciben y reconocen que lo tienen todo no tienen necesidades de ninguna clase. El propósito de la Expiación es devolvértelo todo, o más bien, devolvérselo a tu conciencia. Se te dio todo cuando fuiste creado, exactamente como se les dio a todos los demás.
VII. Las leyes de la curación
T-26.VII.13 Causa y efecto no son dos cosas separadas, sino una sola. Dios dispone que aprendas lo que siempre ha sido verdad: que Él te creó como parte Sí Mismo y que esto no puede sino seguir siendo verdad porque las ideas no abandonan su fuente. Ésta es la ley de la creación: que cada idea que la mente conciba sólo sirva para aumentar su abundancia y nunca para disminuirla. Esto es tan cierto con respecto a lo que se desea vanamente como con respecto a lo que la voluntad dispone verdaderamente, ya que la mente puede desear ser engañada, pero no puede hacer de sí misma lo que no es. Y creer que las ideas pueden abandonar su fuente es tratar inútilmente de hacer que las ilusiones sean verdad. Pues nunca será posible engañar al Hijo de Dios.
Cristo
T-1.V.6
V. Plenitud y espíritu
T-1.V.6 El milagro es señal de que la mente ha elegido dejarse guiar por mí en el servicio a Cristo. La abundancia de Cristo es el resultado natural de haber decidido seguirle.
Dios
T-4.III.9; T-4.VII.5; T-7.VII.10; T-28.III.9
III. Amor sin conflicto
T-4.III.9 En tu propia mente, aunque negada por el ego, se encuentra la declaración que te hará libre: Dios te ha dado todo. Este simple hecho significa que el ego no existe, y esto le atemoriza mortalmente. En el lenguaje del ego, "tener" y "ser" significan dos cosas distintas, si bien para el Espíritu Santo son exactamente lo mismo. El Espíritu Santo sabe que lo "tienes" todo y que lo "eres" todo. Cualquier distinción al respecto es significativa solamente cuando la idea de "obtener", que implica carencia, ha sido previamente aceptada. Por eso es por lo que no hacemos ninguna distinción entre tener el Reino de Dios y ser el Reino de Dios.
VII. Creación y Comunicación
T-4.VII.5 Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo. Por eso es por lo que Dios te creó a ti. La Abstracción Divina se deleita compartiendo. Eso es lo que significa la creación. Las preguntas "¿qué?"; "¿cómo?" y "¿con quién?" son irrelevantes toda vez que la verdadera creación lo da todo, ya que sólo puede crear a semejanza propia. Recuerda que la diferencia que hay entre tener y ser en la existencia, en el Reino no existe. En el estado de ser la mente siempre lo da todo.
VII. La totalidad del Reino
T-7.VII.10 Tu eres la voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes. Ve Su abundancia en todos y sabrás que estás en Él junto con todos tus hermanos. Ellos forman parte de ti, tal como tú formas parte de Dios. Cuando no entiendes esto, te sientes tan solo como se siente Dios Mismo cuando Sus Hijos no lo conocen. La paz de Dios radica en entender esto: Sólo hay una manera de escaparse del pensamiento del mundo, del mismo modo en que sólo hubo una manera de adentrarse en él: entendiendo totalmente al entender la totalidad.
III. El acuerdo a unirse
T-28.III.9 Este festín es muy distinto de los que se acostumbran a dar en el sueño del mundo. Pues aquí, cuanto más reciba cada uno, más habrá para ser compartido por todos los demás. Los Invitados han traído Consigo provisiones ilimitadas. Y a nadie se le priva de nada, ni nadie puede privar a otro de nada. He aquí el festín que el Padre tiende ante Su Hijo y que comparte con él equitativamente. Y en ese compartir no puede haber una brecha en la que la abundancia merme y disminuya. Aquí los años de escasez no se presentarán, ya que el tiempo no forma parte de este festín, pues es eterno. El amor ha desplegado su mesa en el espacio que parecía mantener a tus Invitados alejados de ti.
extensión
T-7.VII.7; T-7.VIII.1
T-7.VII.7 Sólo un Hijo de Dios es un maestro lo suficientemente digno como para poder enseñar a otro. En todas las mentes hay un solo Maestro que enseña la misma lección a todo el mundo. Él siempre te enseña la inestimable valía de cada Hijo de Dios, y lo hace con infinita paciencia, nacida del amor infinito en nombre del cual habla. Todo ataque es un llamamiento a Su paciencia, puesto que Su paciencia puede transformar los ataques en bendiciones. Los que atacan no saben que son benditos. Atacan porque creen que les falta algo. Por lo tanto, comparte tu abundancia libremente y enseña a tus hermanos a conocer la suya. No compartas sus ilusiones de escasez, pues, de lo contrario, te percibirás a ti mismo como alguien necesitado.
VIII. La creencia increíble
T-7.VIII.1 Hemos dicho que sin proyección no puede haber ira, pero también es verdad que sin extensión no puede haber amor. Todo ello refleja una ley fundamental de la mente y, por consiguiente, una ley que siempre está en vigor. Es la ley mediante la cual creas y mediante la cual fuiste creado. Es la ley que unifica al Reino y lo conserva en la mente de Dios. El ego, sin embargo, percibe dicha ley como un medio para deshacerse de algo que no desea. Para el Espíritu Santo, es la ley fundamental del compartir, mediante la cual das lo que consideras valioso a fin de conservarlo en tu mente. Para el Espíritu Santo, es la ley de la extensión. Para el ego, la de la privación. Produce, por lo tanto, abundancia o escasez, dependiendo de cómo eliges aplicarla. La manera en que eliges aplicarla depende de ti, pero no depende de ti decidir si vas a utilizar la ley o no. Toda mente tiene que proyectar o extender porque así es como vive, y toda mente es vida.
Filiación
T-1.IV.4; T-1.V.4; T-12.III.5; L-pI.165.6
IV. Cómo escapar de la oscuridad
T-1.IV.4 El vacío que el miedo engendra tiene que ser sustituido por el perdón. Eso es lo que la Biblia quiere decir con "Ya no habrá muerte", y por lo que yo pude demostrar que la muerte no existe. Vine a dar cumplimiento a la ley al re-interpretarla. La ley en sí, si se entiende correctamente, sólo ofrece protección. Son los que aún no han cambiado su manera de pensar quienes han introducido en la ley la idea de "las llamas del infierno". Te aseguro que daré testimonio a través de todo aquel que me lo permita, y en la medida en que me lo permita. Aquello de lo que das fe demuestra tus creencias, y de esta manera las refuerza. Aquellos que dan testimonio de mí están expresando, por medio de los milagros que obran, que han dejado de creer en la carencia en favor de la abundancia que han aprendido les pertenece.
V. Plenitud y espíritu
T-1.V.4 En última instancia, todo miembro de la familia de Dios tiene que retornar. El milagro le llama a retornar porque le bendice y le honra, aun cuando esté ausente en espíritu. "De Dios no se hace burla" no es una amenaza, sino una garantía. Dios [habría] sido burlado si alguna de sus creaciones careciese de santidad. La creación es plena, y la señal de la plenitud es la santidad. Los milagros son afirmaciones de Filiación, que es un estado de compleción y abundancia.
III Cómo invertir en la realidad
T-12.III.5. La
salvación es para la mente, y se alcanza por medio de la paz. La
mente es lo único que se puede salvar, y sólo se puede salvar a
través de la paz. Cualquier otra respuesta que no sea amor, surge
como resultado de una confusión con respecto a "qué" es
la salvación y a "cómo" se alcanza, y el amor es la única
respuesta. Nunca te olvides de esto, y nunca te permitas creer, ni
por un solo instante, que existe otra respuesta, pues de otro modo te
contarás forzosamente entre los pobres, quienes no han entendido que
moran en la abundancia y que la salvación ha llegado.
[L-pI.165] Que mi mente no niegue el pensamiento de Dios. L-165.6 Y ahora las dudas son cosa del pasado, el final de la jornada es indudable y se te ha concedido la salvación. Ahora el poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado. Pues ahora te cuentas entre los salvadores del mundo. Ése es tu único destino. ¿Consentiría Dios acaso que Su Hijo permaneciese eternamente hambriento por haberse negado a sí mismo el sustento que le es menester para poder vivir? La abundancia mora en él, y la privación no puede separarlo del Amor vivificante de Dios, ni de su hogar.
grandeza
T-9.VIII.9
VIII. La grandeza en contraposición a la grandiosidad T-9.VIII.5 Desde tu grandeza tan sólo puedes bendecir porque tu grandeza es tu abundancia. Al bendecir la conservas en tu mente, protegiéndola así de las ilusiones y manteniéndote a ti mismo en la mente de Dios. Recuerda siempre que no puedes estar en ninguna otra parte, excepto en la mente de Dios. Cuando te olvidas de esto, te desesperas y atacas.
inocencia
T-3.I.6
I. Expiación sin sacrificio
T-3.I.6 La inocencia es incapaz de sacrificar nada porque la mente inocente dispone de todo y sólo se esfuerza por proteger su plenitud. No puede proyectar. Tan sólo puede honrar a otras mentes porque honrar a otros es el saludo natural de los verdaderamente amados hacia los que son como ellos. El cordero "quita los pecados del mundo" en el sentido de que el estado de inocencia, o gracia, es uno en que el significado de la Expiación es perfectamente obvio. La Expiación carece por completo de ambigüedad. Es perfectamente inequívoca porque existe en la luz. Únicamente los intentos de ocultarla en las tinieblas han hecho que sea inaccesible para aquellos que eligen no ver.
mundo real
L-pl.54.5; L-pII.249.1
L.pI.54 Estoy decidido a ver.
L.pI.54.1 Puesto que reconozco que la naturaleza de mis pensamientos es que los comparto con todo lo que existe, estoy decidido a ver. Veré los testigos que me muestran que la manera de pensar del mundo ha cambiado. Veré la prueba de que lo que se ha obrado por mediación mía ha permitido que el amor reemplace al miedo, la risa a las lágrimas y la abundancia a las pérdidas. Quiero contemplar el mundo real, y dejar que me enseñe que mi voluntad y la Voluntad de Dios son una.L-pII.249 El perdón pone fin a todo sufrimiento y a toda sensación de pérdida
[L-pII.249] El perdón pone fin a todo sufrimiento y a toda sensación de pérdida. L-pII.249.1. El perdón nos ofrece un cuadro de un mundo en el que ya no hay sufrimiento, es imposible perder y la ira no tiene sentido. El ataque ha desaparecido y a la locura le ha llegado su fin. ¿Qué sufrimiento podría concebirse ahora? ¿En qué pérdida se podría incurrir? El mundo se convierte en un remanso de dicha, abundancia, caridad y generosidad sin fin. Se asemeja tanto al Cielo ahora, que se transforma en un instante en la luz que refleja. Y así, la jornada que el Hijo de Dios emprendió ha culminado en la misma luz de la que él emanó.
verdad
T-1.IV.3
T-1.IV.3. La oscuridad es falta de luz de la misma manera en que el pecado es falta de amor. No tiene cualidades únicas propias. Es un ejemplo de la creencia en la "escasez", de la cual sólo se pueden derivar errores. La verdad es siempre abundante. Los que perciben y reconocen que lo tienen todo no tienen necesidades de ninguna clase. El propósito de la Expiación es devolvértelo restaurar todo, o más bien, devolvérselo restaurar el amor a tu conciencia. Se te dio todo cuando fuiste creado, exactamente como se les dio a todos los demás.