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Ofrece la otra mejilla

T5.IV.4 Yo oí una sola Voz —la del Espíritu Santo— porque comprendí que era imposible que pudiese expiar únicamente para mí mismo. Escuchar una sola Voz implica que has decidido compartirla para así poderla oír tú mismo. La mente que estaba en mí se siente todavía irresistiblemente atraída hacia todas las mentes creadas por Dios, porque la Plenitud de Dios es la plenitud de Su Hijo. Nada puede hacerte daño, y no debes mostrarle a tu hermano nada que no sea tu plenitud. Muéstrale que él no puede hacerte daño y que no le guardas rencor, pues, de lo contrario, te estarás guardando rencor a ti mismo. Ese es el significado de: "Ofrécele también la otra mejilla".



El amor aflorará de inmediato en cualquier mente
que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad
Esto quiere decir:
desearlo sin ninguna ambivalencia, 
y esta forma de desear está completamente
desprovista de la "compulsión de obtener" del ego.
T-4.III.4.7-8 (texto pag 67)



T-4.VII.5 Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo. Por eso es por lo que Dios te creó a ti.

La Abstracción Divina se deleita compartiendo.



Lección 23 (fragmento)
Ves el mundo que has fabricado, pero no te ves a ti mismo como el que fabrica las imágenes. 
L-23.4:1

Referencias a la lección:

T-27.VII.7:6-9 Así es como surgieron todas las ilusiones. El que las teje no se da cuenta de que es él mismo quien las urde ni cree que la realidad de éstas dependa de él. Cualquiera que sea su causa, es algo completamente ajeno a él, y su mente no tiene nada que ver con lo que él percibe. No puede dudar de la realidad de sus sueños porque no se da cuenta del papel que él mismo juega en su fabricación y en hacer que parezcan reales.

T-27.VII.13:1-2 Tú eres el soñador del mundo de los sueños. Éste no tiene ninguna otra causa, ni la tendrá jamás

T-27.VIII.6. Devolvámosle al soñador el sueño del que se desprendió, el cual él percibe como algo que le es ajeno y que se le está haciendo a él.

T-28.II.4. En realidad no ha ocurrido nada, excepto que te quedaste dormido y tuviste un sueño en el que eras un extraño para ti mismo y tan sólo una parte del sueño de otro. El milagro no te despierta, sino que simplemente te muestra quién es el soñador.

T-28.II.7. El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real. Éste es un paso crucial a la hora de lidiar con ilusiones. Nadie tiene miedo de ellas cuando se da cuenta de que fue él mismo quien las inventó. Lo que mantenía vivo al miedo era que él no veía que él mismo era el autor del sueño y no una de sus figuras.

T-29-IV.1. "...No puedes quedarte con algunos sueños y despertar de otros, pues o bien estás dormido o bien despierto. Y soñar tiene que ver únicamente con una de estas dos posibilidades.

T-29-IV.2. Los sueños que te parecen gratos te retrasarán tanto como aquellos en los que el miedo es evidente. Pues todos los sueños son sueños de miedo, no importa en qué forma parezcan manifestarse. El miedo se ve adentro o afuera, o en ambos sitios. O puede estar oculto tras formas agradables. Pero nunca está ausente del sueño, pues el miedo es el elemento básico de todos los sueños. Puede que la forma en que éstos se manifiestan cambie, pero es imposible que se compongan de ninguna otra cosa.



Nada puede prevalecer contra un Hijo de Dios que encomienda su Espíritu en las Manos de su Padre.
Al hacer esto,
la mente despierta de su sueño y
recuerda a su creador.


Toda sensación de separación desaparece


T-3.II.5:1



T-4.II.11.8 ¿Quién es el "tú" que vive en este mundo?


La noción del YO es tan arraigada que cuando el Curso ultiliza el pronombre TU no se nos ocurre pensar que nunca esta hablando o dirigiendose a TÍ... El que esta leyendo no eres TU que TU crees ser... espero esta nota por Ken Wapnick y parafraseada al español.

Jesús se remite al tomador de decisiones/mente que siempre esta fuera del tiempo a motivarlo que eliga de nuevo, que eliga despertar. En ningún momento Jesús le habla a un "yo/cuerpo" porque no hay cuerpo como algo que tiene existencia inerente absoluta y permanente por no decir que su naturaleza es netamente inlusoria. El curso enseña que en ningun momento se experimenta el cuerpo como algo ahora sino que siempre se anticipa. Es decir la que la arraigada identificacion con el cuerpo es un pre-condicionamiento mental sostenido en una falsa creacion de la mente. Desde el cimiento del Curso el hecho de que creamos existir como un "yo" y crear una realidad alterna; realidad misma que por tener con semilla la culpa, no los hace real. El ego fabrica la impermanencia tiempo-espacio y se "castiga" asi mismo con la muerte del cuerpo aun en esto cree usurpar el poder de Dios y hacer justacia al castigar al cuerpo por sus pecados. Esto es simplemente el guion del ego. Si Jesús nos hablara como cuerpos y no al tu que creemos ser, el estaria tan demente como las figuras que creen estar "aquí" en el sueño. Nuestra mente es la causa y el mundo el efecto de una mente que cree que puede dividirse para tener individualidad y concederle una realidad que no tiene. Nuestro cuerpo es un holograma proyectado, un truco de tiemp-espacio que aparece como real y que sirve para los propositos del ego hasta que el tomador de decisiónes se decida por la voz que habla por Dios, el Espíritu Santo.

"...Todavía tienes muy poca confianza en mí, pero ésta aumentará a medida que recurras más y más a mí - en vez de a tu ego - en busca de consejo. Los resultados te irán convenciendo cada vez más de que ésta es la única elección cuerda que puedes hacer. Nadie que aprenda por experiencia propia que cierta elección le brinda paz y alegría, mientras que otra le precipita al caos y al desastre tiene más necesidad de persuasión. Es más eficaz aprender a base de recompensas que a base de dolor porque el dolor es una ilusión del ego y no puede producir más que un efecto temporal. Las recompensas de Dios, en cambio, se reconocen inmediatamente como eternas..."

Puesto que este reconocimiento lo haces tú y no el ego, el reconocimiento mismo establece que tú y el ego no podéis ser lo mismo. Tal vez creas que ya has aceptado esto, pero aún no estás convencido de ello en absoluto.

Prueba de ello es el hecho de que crees que debes escaparte del ego. Sin embargo, no puedes escaparte de él humillándolo; controlándolo o castigándolo.
T-4.VI.3

El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real. 

Éste es un paso crucial
a la hora de lidiar con ilusiones.

Nadie tiene miedo de ellas cuando se da cuenta de que fue él mismo quien las inventó. 
T-28.II.7:1

T-26.V.3 Dios te dio Su Maestro para que reemplazase al que tú inventaste, no para que estuviese en conflicto con él. Y lo que Él ha dispuesto reemplazar ya ha sido reemplazado.  El tiempo tan solo duró un instante en tu mente, y no afectó a la eternidad en absoluto. Y así es con todo el tiempo que ha pasado; y todo permanece exactamente como era antes de que se construyese el camino que no lleva a ninguna parte.

El brevísimo lapso de tiempo en el que se cometió el primer error -en el que todos los demás errores están contenidos- encerraba también la Corrección de ese primer error y de todos los demás que partieron de él.

Y en ese breve instante el tiempo desapareció, pues eso es lo que jamás fue.
Aquello a lo que Dios dio respuesta ha sido resuelto y ha desaparecido.



Todo lo que Dios dispone no sólo es posible, sino que ya ha tenido lugar. Por eso es por lo que el pasado ha desaparecido. 

En realidad nunca tuvo lugar.
 
Lo único que es necesario es deshacerlo en tu mente, 
que sí creyó que tuvo lugar.   
T-18.IV.8:4


IV. La práctica del instante santo
[T-15.IV.1] Es posible aprender este curso inmediatamente, a no ser que creas que lo que Dios dispone requiere tiempo.

[T-4.III.4] El amor aflorará de inmediato en cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad.

[T-5.VI.12] Ahora debes aprender que sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos. Así es como el tiempo se intercambia por la eternidad. La paciencia infinita recurre al amor infinito, y, al producir resultados ahora hace que el tiempo se haga innecesario.


Los sueños que te parecen gratos (los de hadas) te retrasarán tanto como aquellos en los que el miedo es evidente (pesadillas). Pues todos los sueños son sueños de miedo, no importa en qué forma parezcan manifestarse.

El miedo se ve adentro o afuera, o en ambos sitios. O puede estar oculto tras formas agradables (cuerpos). Pero nunca está ausente del sueño (sin cuerpo no hay sueño), pues el miedo es el elemento básico de todos los sueños. Puede que la forma en que éstos se manifiestan cambie, pero es imposible que se compongan de ninguna otra cosa.
T-29-IV.2
 
T-31-I.7 Solamente se pueden aprender dos lecciones. Cada una de ellas da lugar a un mundo diferente. Y cada uno de esos mundos [efectos] se deriva irremediablemente de su fuente. [causa] El mundo (que proyecta la mente divida) es el resultado inevitable de la lección que enseña que el Hijo de Dios es culpable. Es un mundo de terror y desesperación.

En él no hay la más mínima esperanza de hallar felicidad.


Ningún plan que puedas idear para tu seguridad tendrá éxito.


No puedes buscar dicha en él y esperar encontrarla. Mas éste no es el único resultado que se puede derivar de lo que has aprendido. Por mucho que te hayas esforzado por aprender la tarea que elegiste, la lección que refleja el amor de Dios es todavía más fuerte. Y aprenderás que el Hijo de Dios es inocente, y verás otro mundo.

La verdadera oración debe evitar convertirse en una súplica. Debes pedir, más bien, recibir lo que ya ha sido dado:
aceptar lo que ya está aquí.

S1/I.1:6


El secreto de la verdadera oración es olvidarte de las cosas que crees necesitar. Pedir cosas concretas es parecido a contemplar el pecado y luego perdonarlo.
S1/I.4:1

Cada día, cada hora y cada minuto, e incluso cada segundo, estás decidiendo entre la crucifixión y la resurrección, entre el ego y el Espíritu Santo. 

El ego es la elección en favor de la culpabilidad; el Espíritu Santo, la elección en favor de la inocencia. De lo único que dispones es del poder de decisión. Aquello entre lo que puedes elegir ya se ha fijado porque aparte de la verdad y de la ilusión no hay ninguna otra alternativa. Ni la verdad ni la ilusión traspasan los límites de la otra, ya que son alternativas irreconciliables entre sí y ambas no pueden ser verdad. Eres culpable o inocente, prisionero o libre, infeliz o feliz. T-14.III.4. 

Los sueños son desahogos emocionales en el nivel de la percepción en los que literalmente profieres a gritos: "¡Quiero que las cosas sean así!" Y aparentemente lo consigues. Mas los sueños son inseparables de su fuente. 

La ira y el miedo los envuelven, y en cualquier instante la ilusión de satisfacción puede ser invadida por la ilusión de terror. Pues el sueño de que tienes la capacidad de controlar la realidad y de sustituirla por un mundo que prefieres es aterrante. Tus intentos de eliminar la realidad son aterradores, pero no estás dispuesto a aceptar esto. T-18.II.4. 

Cada día, y cada minuto de cada día, y en cada instante de cada minuto, no haces sino revivir ese instante en el que la hora del terror ocupó el lugar del amor. Y así mueres cada día para vivir otra vez, hasta que cruces la brecha entre el pasado y el presente, la cual en realidad no existe. 

Esto es lo que es toda vida: un aparente intervalo entre nacimiento y muerte y de nuevo a la vida; la repetición de un instante que hace mucho que desapareció y que no puede ser revivido. T-26.V.13. 

...el tiempo no es otra cosa que la creencia demente de que lo que ya pasó todavía está aquí y ahora.

El milagro no hace nada. Lo único que hace es deshacer.
Y de este modo, cancela la interferencia a lo que se ha hecho.
No añade nada, sino que simplemente elimina. T-28.I.1.

Y lo que elimina hace mucho que desapareció, pero puesto que se conserva en la memoria, sus efectos parecen estar teniendo lugar ahora.

El Espíritu Santo te Guía sólo a fin de evitarte dolor.   

Obviamente nadie se opondría a este objetivo si lo reconociese. Mas el problema no estriba en si lo que el Espíritu Santo dice es verdad o no, sino en si quieres escucharle o no. No puedes reconocer lo que es doloroso, de la misma manera en que tampoco sabes lo que es dichoso, y, de hecho, eres muy propenso a confundir ambas cosas. La función primordial del Espíritu Santo es enseñarte a distinguir entre una y otra. Lo que a ti te hace dichoso le causa dolor al ego, y mientras tengas dudas con respecto a lo que eres, seguirás confundiendo la dicha con el dolor. Esta confusión es la causa del concepto de sacrificio. Obedece al Espíritu Santo, y estarás renunciando al ego. Pero no estarás sacrificando nada. Al contrario, estarás ganándolo todo. Si creyeses esto, no tendrías conflictos. T-7.X.3.

Hemos dicho que el Espíritu Santo te enseña la diferencia que existe entre el dolor y la dicha. Eso es lo mismo que decir que te enseña la diferencia que hay entre estar aprisionado y ser libre. No puedes hacer esta distinción sin Él porque te has enseñado a ti mismo que el aprisionamiento es libertad. ¿Cómo ibas a poder distinguir entre una cosa y otra cuando crees que ambas son lo mismo? ¿Cómo ibas a poder pedirle a la parte de tu mente que te enseñó a creer que son lo mismo que te enseñase de qué manera son diferentes? T-8.II.5.


SUFRIMIENTO - uno de los testigo básicos del ego para la realidad del cuerpo y de la inexistencia del espíritu, pues que el cuerpo parece experimentar sufrimiento o dolor; tener dolor, por lo tanto, es negar a Dios, mientras que tener consciencia de nuestra verdadera invulnerabilidad como el Hijo de Dios es negar la realidad del dolor.

(sufrimiento y dolor se usan como virtuales sinónimos.)

T-27.VI.3. El cuerpo, que de por sí carece de propósito, contiene todas tus memorias y esperanzas. Te vales de sus ojos para ver y de sus oídos para oír, y dejas que te diga lo que siente. Mas él no lo sabe. Cuando invocas los testigos de su realidad, te repiten únicamente los términos que les proporcionaste para que él los usara. No puedes elegir cuál de entre ellos es real, pues cualquiera que elijas es igual que los demás. Lo único que puedes hacer es decidir llamarlo por un nombre o por otro, pero eso es todo. No puedes hacer que un testigo sea verdadero sólo porque lo llames con el nombre de la verdad. La verdad se encuentra en él si lo que representa es la verdad. De lo contrario, miente, aunque lo invoques con el santo Nombre de Dios Mismo.
T-27.VI.4. El Testigo de Dios no ve testigos contra el cuerpo. Tampoco presta atención a los testigos que con otros nombres hablan de manera diferente en favor de la realidad del cuerpo. Él sabe que no es real. Pues nada podría contener lo que tú crees que el cuerpo contiene dentro de sí. El cuerpo no puede decirle a una parte de Dios cómo debe sentirse o cuál es su función. El Espíritu Santo, sin embargo, no puede sino amar aquello que tú tienes en gran estima. Y por cada testigo de la muerte del cuerpo, Él te envía un testigo de la vida que tienes en Aquel que no conoce la muerte. Cada milagro que Él trae es un testigo de la irrealidad del cuerpo. Él cura a éste de sus dolores y placeres por igual, pues todos los testigos del pecado son reemplazados por los Suyos.
T-27.I.7. La enfermedad, no importa en qué forma se manifieste, es el testigo más convincente de la futilidad y el que refuerza a todos los demás y les ayuda a pintar un cuadro en el que el pecado está justificado. 
Los enfermos creen que todas sus extrañas necesidades y todos sus deseos antinaturales están justificados. 
Pues ¿quién podría amar una vida que queda truncada tan pronto, y no atribuirle valor a los gozos pasajeros? 

¿Qué placer hay que sea duradero? 

¿No tienen los débiles el derecho de creer que cada migaja de placer robado constituye su justa retribución por la brevedad de sus vidas? Pues pagarán con su muerte por todos sus placeres tanto si disfrutan de ellos como si no.   
A la vida siempre le llega su final, sea cual sea la forma en que ésta se viva. Por lo tanto, se deleitan con lo pasajero y con lo efímero.

Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueños hayan desaparecido, sabrás que eres eterno. 

Tal vez pienses que ésto se logra con la muerte, pero con la muerte no se logra nada porque la muerte no es nada.

T/6.V.A.1 


Dios es la única Causa, y la culpabilidad es algo ajeno a Él.

No le enseñes a nadie que te ha hecho daño, pues si lo haces, te estarás enseñando a ti mismo que lo que es ajeno a Dios tiene poder sobre ti. 

Lo que no tiene causa no puede existir. No des testimonio de ello, ni fomentes el que ninguna mente lo crea. 

Recuerda siempre que la mente es una, y que la causa es una. No aprenderás a comunicarte con esta unicidad hasta que no aprendas a negar lo que no tiene causa y a aceptar como tuya la Causa que es Dios. - T-14.III.8. 

"...En realidad, "Causa" es un término que le corresponde propiamente a Dios, y Su "Efecto" es Su Hijo. Esto supone una serie de relaciones de Causa y Efecto completamente diferentes de las que tú introduces en tus creaciones falsas. El conflicto fundamental en este mundo es, pues, entre la creación y la creación falsa. Todo miedo está implícito en la segunda, y todo amor en la primera. El conflicto es, por lo tanto, entre el amor y el miedo. - T-2.VII.3.

C-4.1 / Clarificación de Términos

El mundo que ves no es más que la ilusión de un mundo.
Dios no lo creó, pues lo que 
Él crea tiene que ser tan eterno como Él.
En el mundo que ves, no obstante, no hay nada que haya de perdurar para siempre.  Algunas cosas durarán en el tiempo algo más que otras. 
Pero llegará el momento en el que a todo lo visible le llegue su fin.

T-21.II.5. El mundo que ves no es sino el testigo fútil de que tenías razón. Es un testigo demente. Tú le enseñaste cuál tenía que ser su testimonio, y cuando te lo repitió, lo escuchaste y te convenciste a ti mismo de que lo que decía haber visto era verdad. Has sido tú quien se ha causado todo esto a sí mismo. Sólo con que comprendieses esto, comprenderías también cuán circular es el razonamiento en que se basa tu "visión". Eso no fue algo que se te dio. Ése fue el regalo que tú te hiciste a ti mismo y que le hiciste a tu hermano. Accede, entonces, a que se le quite y a que sea reemplazado por la verdad. Y a medida que observes el cambio que tiene lugar en él, se te concederá poder verlo en ti mismo.
 


Non-Duality

Para que la verdad [la no-dualidad] pueda llegar hasta ti [como experiencia], el Curso se vale de palabras, simbolos que estan dentro de nuestro mundo dualista para hablarnos sobre lo que no tiene opuesto. La no-dualidad esta fuera del ambito de las percepciones sensoriales, apesar de ello, podemos llegar a la únion con la experiencia del Ser mediante las practicas meditativas que tienen como función detener el dialogo interno lo cual nos conduce a un estado trasendental. Buscamos un instante de silencio y el abandono al entendimiento para facilitar su llegada. Cuando soltamos nuestras ansiedades, deseo materiales, expectativas, y el abandono de interpretaciónes sensoriales, al paso del tiempo, la luz clara de la Mente de Dios aflora como experiencia y se traduce en un hecho trasedental transportandonos mentalmente mas alla de las mismas palabras. Una mente libre de conflitos es el estado natural de la mente, el único lugar donde realmente vivimos. La experiencia se logra mediante la practica de la quietud mental sustentada por la intención y la certeza de que lo que Jesús nos esta diciendo no solo es validable pero duplicable.

[Aseveraciónes no-dualistas.]
T-26.III.1. La complejidad no forma parte de Dios. ¿Cómo podría formar parte de Él cuando Él sólo conoce lo que es uno? Él solamente conoce una sola creación, una sola realidad, una sola verdad y un solo Hijo. Nada puede estar en conflicto con lo que es uno solo.
L-pI.132.12.4. No hay ningún lugar en el que el Padre acabe y el Hijo comience como algo separado.
L-pI.127.3 El amor no puede juzgar. Puesto que en sí es uno solo, contempla a todos cual uno solo. Su significado reside en la unici­dad. Y no puede sino eludir a la mente que piensa qué el amor es algo parcial o fragmentado. No hay otro amor que el de Dios, y todo amor es de Él. Ningún otro principio puede gobernar allí donde no hay amor. El amor es una ley que no tiene opuestos. Su plenitud es el poder que mantiene a todas las cosas unidas, el vínculo entre Padre e Hijo que hace que Ambos sean lo mismo eternamente.
L-pI.129.4 La comunicación, inequívoca y clara como la luz del día, per­manece ilimitada por toda la eternidad. Y Dios Mismo le habla a Su Hijo, así como Su Hijo le habla a Él. El lenguaje en el que se comunican no tiene palabras, pues lo que se dicen no puede ser simbolizado. Su conocimiento es directo, perfectamente compar­tido y perfectamente uno. 
T-27.III.5:1-2 De la misma manera en que la nada no puede ser representada, tampoco existe un símbolo que represente a la totalidad. La realidad, en última instancia, sólo se puede conocer libre de cualquier forma, sin imágenes que la representen y sin ser vista.
T-18.VI.1:5-6 El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro.

T-15.VII.6.6 Dios creó la única relación que tiene significado, y esa relación es la relación que Él tiene contigo.
L-pI.169.5:1 La unidad es simplemente la idea de que Dios es. Y en Su Ser, Él abarca todas las cosas. Ninguna mente contiene nada que no sea Él. Decimos "Dios es"; y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido. No hay labios que las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que no sea ella misma. Se ha unido a su Fuente, y al igual que ella, simplemente es.
L-pI.169.6:7 Esto está más allá de la experiencia que estamos tratando de acelerar. No obstante, cuando se enseña y se aprende lo que es el perdón, ello trae consigo experiencias que dan testimonio de que el momento en que la mente misma decidió abandonarlo todo excepto esto, está por llegar.
L-pI.169.6:1. No podemos hablar, escribir, ni pensar en esto en absoluto.

T-25.I.5:1-2 Puesto que crees estar separado, el Cielo [la verdad no-dualista] se presenta ante ti como algo separado también. No es que lo esté realmente, sino que se presenta así a fin de que el vínculo que se te ha dado para que te unas a la verdad pueda llegar hasta ti a través de lo que entiendes.
T-25.I.5:3 El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Uno, de la misma manera en que todos tus hermanos están unidos en la verdad cual uno. Cristo y Su Padre jamás han estado separados, y Cristo mora en tu entendimiento, en aquella parte de ti que comparte la voluntad de Su Padre. El Espíritu Santo es el vínculo entre la otra parte -el demente y absurdo deseo de estar separado, de ser diferente y especial- y el Cristo, para hacer que la unicidad le resulte clara a lo que es realmente uno. En este mundo eso [la verdad no-dualista] no se entiende, pero se puede enseñar [Usando los símbolos y metáforas del lenguaje dualista.]
T-25.I.6. El Espíritu Santo apoya el propósito de Cristo en tu mente, de forma que tu deseo de ser especial pueda ser corregido allí donde se encuentra el error. Debido a que Su propósito sigue siendo el mismo que el del Padre y el del Hijo, Él conoce la voluntad de Dios, así como lo que tú realmente quieres. Pero esto sólo lo puede comprender la mente que se percibe a sí misma como una, y que, consciente de que es una, lo experimenta así. La función del Espíritu Santo es enseñarte cómo experimentar esta unicidad, qué tienes que hacer para experimentarla y adónde debes dirigirte para lograrlo.
T-25.I.7. De acuerdo con esto, se considera al tiempo y al espacio como si fueran distintos, pues mientras pienses que una parte de ti está separada, el concepto de una unicidad unida cual una sola no tendrá sentido. Es obvio que una mente así de dividida jamás podría ser el maestro de la Unicidad que une a todas las cosas dentro de Sí. Y, por lo tanto, lo que está dentro de esta mente, y en efecto une a todas las cosas, no puede sino ser su Maestro. Él necesita, no obstante, utilizar el idioma que dicha mente entiende, debido a la condición en que esta mente cree encontrarse. Y tiene que valerse de todo lo que ella ha aprendido para transformar las ilusiones en verdad y eliminar todas tus falsas ideas acerca de lo que eres, a fin de conducirte allende la verdad que se encuentra más allá de ellas. Todo lo cual puede resumirse muy simplemente de la siguiente manera:
Lo que es lo mismo no puede ser diferente, y lo que es uno no puede tener partes separadas. 

[Aseveraciónes acerca del silencio mental.]

T-28.I.12:1-2 Aquel a Quien dedicas parte de tu tiempo te da las gracias por cada instante de silencio que le ofreces. Pues en cada uno de esos instantes se le permite al recuerdo de Dios ofrecer todos sus tesoros al Hijo de Dios, que es para quien se han conservado.

T-28.I.12:5 El instante de silencio que Su Hijo acepta le da la bienvenida a la eternidad así como a Él, permitiéndoles a Ambos entrar donde es Su deseo morar.


El Inicio de la Separación

Capítulo 13
EL MUNDO INOCENTE
Introducción
T-13.in.2

La aceptación de la culpabilidad
en la mente del Hijo de Dios fue el comienzo de la separación, de la misma manera en que la aceptación de la Expiación es su final.


El mundo que ves es el sistema ilusorio de aquellos a quienes la culpabilidad ha enloquecido.

Contempla detenidamente este mundo y te darás cuenta de que así es. Pues este mundo es el símbolo del castigo, y todas las leyes que parecen regirlo son las leyes de la muerte.


Ni uno solo de ellos ha podido dejar de creer que Dios es cruel.

III. El miedo a la redención

T-13.III.10. Tú que prefieres la separación a la cordura no puedes hacer que haya separación en tu mente recta. (2) Estabas en paz hasta que pediste un favor especial. (3) Dios no te lo concedió, pues lo que pedías era algo ajeno a Él, y tú no podías pedirle eso a un Padre que realmente amase a Su Hijo. (4) Por lo tanto, hiciste de Él un padre no amoroso al exigir de Él lo que sólo un padre no amoroso podía dar. (5) Y la paz del Hijo de Dios quedó destruida, pues ya no podía entender a su Padre. (6) Tuvo miedo de lo que había hecho, pero tuvo todavía más miedo de su verdadero padre, al haber atacado su gloriosa igualdad con Él.

VIII. El “héroe” del sueño

T-27.VIII.6. Devolvámosle al soñador el sueño del que se desprendió, el cual él percibe como algo que le es ajeno y que se le está haciendo a él. (2) Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno. 3 A causa de su olvido ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de producir efectos “reales”. (4) Juntos podemos hacer desaparecer ambas cosas riéndonos de ellas, y darnos cuenta de que el tiempo no puede afectar a la eternidad. 5 Es motivo de risa pensar que el tiempo pudiese llegar a circunscribir a la eternidad, cuando lo que ésta <<significa>> es que el tiempo no existe.

La Relación Especial

T-4.III.4.6 No hay amor en este mundo que esté exento de esta ambivalencia, y puesto que ningún ego ha experimentado amor sin ambivalencia, el amor es un concepto que está más allá de su entendimiento.

T-16.V.4. En la relación especial -nacida del deseo oculto de que Dios nos ame con un amor especial- es donde triunfa el odio del ego.

"...Es esencial para la supervivencia del ego que tú creas que el especialismo no es el infierno, sino el Cielo..."

T-16.V.5. Para todo el mundo el Cielo es la compleción. En esto no puede haber desacuerdo porque tanto el ego como el Espíritu Santo lo aceptan. Están, no obstante, en completo desacuerdo con respecto a lo que es la compleción y a cómo se alcanza. El Espíritu Santo sabe que la compleción reside en primer lugar en la unión, y luego en la extensión de ésta. Para el ego, la compleción reside en el triunfo, y en la extensión de la "victoria" incluso hasta el triunfo definitivo sobre Dios.

T-16.V.6. La relación especial es un mecanismo extraño y antinatural del ego para unir Cielo e infierno, e impedir que se pueda distinguir entre uno y otro. Tratar de encontrar lo que supuestamente es lo "mejor" de los dos mundos, simplemente ha dado lugar a que se tengan fantasías de ambos y a que sea imposible percibir a ninguno de ellos tal como realmente es. La relación especial es el triunfo de esta confusión. Es un tipo de unión en que la unión está excluida, pues la exclusión es la base de dicho intento de unión. ¿Qué mejor ejemplo que esto puede haber de la máxima del ego: "Busca, pero no halles"?

T-16.V.7. Lo más curioso de todo es el concepto de yo que el ego fomenta en las relaciones especiales. Este “yo" busca relaciones para completarse a sí mismo. Pero cuando encuentra la relación especial en la que piensa que puede lograrlo, se entrega a sí mismo, y trata de "intercambiarse" por el yo del otro. Eso no es unión, pues con ello no hay aumento ni extensión. Cada uno de ellos trata de sacrificar el yo que no desea a cambio de uno que cree que prefiere. Y se siente culpable por el "pecado" de apropiarse de algo y de no dar nada valioso a cambio. ¿Qué valor le puede adjudicar a un yo del que quiere deshacerse para obtener otro "mejor"?

T-16.VI.5. Ves el mundo al que atribuyes valor. A este lado del puente ves un mundo de cuerpos separados que buscan unirse unos con otros en uniones exclusivas y convertirse en uno solo a costa de la pérdida que ambos sufren. Cuando dos individuos intentan convertirse en uno solo están tratando de reducir su grandeza. Cada uno quiere negar su poder, pues una unión exclusiva excluye al universo. Se deja afuera mucho más de lo que se admite adentro, pues se deja a Dios afuera y no se admite nada adentro. Si una sola de esas uniones se estableciese con perfecta fe, el universo entraría a formar parte de ella. Más la relación especial que el ego persigue no incluye ni siquiera un solo individuo en su totalidad. El ego sólo quiere parte de él, y ve sólo esa parte y nada más.

T-17.IV.8. La relación especial te ofrece el marco más imponente y falaz de todas las defensas de las que el ego se vale. Su sistema de pensamiento se ofrece aquí, rodeado por un marco tan recargado y elaborado, que el cuadro casi desaparece debido a la imponente estructura del marco. En el marco van entretejidas toda suerte de fantasías de amor quiméricas y fragmentadas, engarzadas con sueños de sacrificio y vanagloria, y entrelazadas con hilos dorados de auto-destrucción. El brillo de la sangre resplandece como si de rubíes se tratase, y las lágrimas van talladas cual diamantes que refulgen tenuemente a la luz mortecina en que se hace el ofrecimiento.

M-9.1:8 Las relaciones personales, en especial, tienen que percibirse debidamente, y se tiene que eliminar la piedra angular de la falta de perdón. De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a donde poder regresar.

Falso Camino

La verdadera elección no es algo ilusorio.
Mas el mundo no te la puede ofrecer. 

Todos sus caminos no hacen sino conducir a la desilusión,
a la nada y a la muerte. 

Sus alternativas no constituyen una verdadera elección. 

No intentes escaparte de tus problemas aquí, pues el mundo fue concebido precisamente para que no se pudiese escapar de ellos. 

No te dejes engañar por los diferentes nombres que se le han dado a sus caminos. 

Todos tienen la misma finalidad. Y cada uno de ellos es tan sólo un medio para alcanzar esa finalidad, pues es ahí adonde todos ellos conducen, por muy diferentes que parezcan ser sus orígenes y por muy diferentes que parezcan ser sus trayectorias. 

Su final es inescapable, pues no hay elección posible entre ellos.
 
Todos te conducen a la muerte.
 
Recorrerás algunos de ellos felizmente por algún tiempo,
antes de que comience la amargura. 

Mas por otros, las espinas se dejarán sentir de inmediato.

La elección no es cuál ha de ser el final, sino cuándo va a llegar.

TEXTO - IV. La verdadera alternativa T-31.IV.2

Cuerpo

T-4.I.13
Me puedes confiar tu cuerpo y tu ego debido únicamente a que eso te permite desentenderte de ellos y me deja mostrarte que no son importantes. Yo no podría entender lo importantes que son para ti si yo mismo no hubiese estado tentado de creer en ellos. Aprendamos juntos esta lección para que juntos podamos liberarnos de tu cuerpo y de tu ego. Necesito maestros dedicados que compartan mi objetivo de sanar a la mente.

T-4.II.7.
El origen de los apetitos corporales no es físico. El ego considera al cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él. Pero la idea de que eso es posible es una decisión de la mente, que está completamente confundida acerca de lo que realmente es posible.

V. La ilusión del ego-cuerpo

T-4.V.2. Una de las causas principales del estado de desequilibrio del ego es su falta de discernimiento entre lo que es el cuerpo y lo que son los pensamientos de Dios. Los pensamientos de Dios son inaceptables para el ego porque apuntan claramente al hecho de que él no existe. El ego, por lo tanto, los distorsiona o se niega a aceptarlos. Pero no puede hacer que dejen de existir. El ego, por consiguiente, trata de ocultar no sólo los impulsos "inaceptables" del cuerpo, sino también los pensamientos de Dios, ya que ambos suponen una amenaza para él.

T-4.V.3. Cualquier sistema de pensamiento que confunda a Dios con el cuerpo no puede por menos que ser demente. Sin embargo, esa confusión es esencial para el ego, que juzga únicamente en función de lo que supone o no una amenaza para él. En cierto sentido su temor a Dios es cuando menos lógico, puesto que la idea de Dios hace que el ego se desvanezca. Pero que le tenga miedo al cuerpo, con el que se identifica tan íntimamente, no tiene ningún sentido.


T-4.V.4. El cuerpo es el hogar que el ego ha elegido para sí. Ésta es la única identificación con la que se siente seguro, ya que la vulnerabilidad del cuerpo es su mejor argumento de que tú no puedes proceder de Dios. Ésta es la creencia que el ego apoya fervientemente. Sin embargo, odia al cuerpo porque no lo considera lo suficientemente bueno como para ser su hogar. En este punto es donde la mente queda definitivamente aturdida. Habiéndole dicho el ego que ella es realmente parte del cuerpo y que el cuerpo es su protector, también le dice que el cuerpo no puede protegerla. Por consiguiente, la mente inquiere: "¿Dónde puedo encontrar protección?", a lo que el ego responde: "En mí". La mente, y no sin razón, le recuerda al ego que él mismo ha insistido que con lo que ella se tiene que identificar es con el cuerpo, de modo que no tiene objeto recurrir a él para obtener protección.

T-5.V.5. La mente que está libre de culpa no puede sufrir. Al estar sana, sana a su vez al cuerpo porque ella misma ha sanado. Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a nadie.

T-6.I.4. En última instancia, sólo el cuerpo puede ser agredido. No cabe duda de que un cuerpo puede agredir a otro, y puede incluso destruirlo.

T-6.IV.4.
Al percibir en tu mente algo ajeno a sí mismo, el ego hace del cuerpo su aliado porque el cuerpo no forma parte de ti. Esto hace del cuerpo el amigo del ego. Ésta es una alianza claramente basada en la separación. Si te pones de parte de esta alianza no podrás sino sentir miedo porque te estarás poniendo de parte de una alianza basada en el miedo.

T-6.IV.5. El ego se vale del cuerpo para conspirar contra tu mente, y puesto que el ego se da cuenta de que su "enemigo" puede acabar con él y con el cuerpo reconociendo simplemente que no forman parte de él, él y el cuerpo se unen para llevar a cabo un ataque conjunto. Tal vez sea ésta la más extraña de todas las percepciones, si te detienes a considerar lo que ello realmente implica. El ego, que no es real, trata de persuadir a la mente, que sí es real, de que ella es su recurso de aprendizaje, y, lo que es más, de que el cuerpo es más real que ella. Nadie que esté en su mente recta podría creer semejante cosa, y nadie que está en su mente recta lo cree.

T-6.V.A.1. Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueños hayan desaparecido, sabrás que eres eterno.

El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida.

T-6.V.A.2. Dios no creó el cuerpo porque el cuerpo es destructible, y, por consiguiente, no forma parte del Reino. El cuerpo es el símbolo de lo que crees ser. Es a todas luces un mecanismo de separación y, por lo tanto, no existe.

Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. Todo milagro es una demostración de esto.


T-6.V.A.3. He dicho que el Espíritu Santo es la motivación de los milagros. El Espíritu Santo te dice siempre que sólo la mente es real porque es lo único que se puede compartir. El cuerpo es algo separado, y, por lo tanto, no puede ser parte de ti.

T-7.V.1. El cuerpo no es más que un marco para desarrollar capacidades, lo cual no tiene nada que ver con el uso que se hace de ellas. Dicho uso procede de una decisión.

Los efectos de la decisión del ego al respecto son tan evidentes que no hay necesidad de hablar más de ello, pero la decisión del Espíritu Santo de utilizar el cuerpo únicamente como un medio de comunicación tiene una conexión tan directa con la curación que sí requiere aclaración. El sanador que no se ha curado obviamente no entiende su propia vocación.

T-7.V.2. Sólo las mentes pueden comunicarse. Puesto que el ego no puede destruir el impulso de comunicar porque es también el impulso de crear, sólo puede enseñarte que el cuerpo puede comunicarse así como crear, y, por ende, que no tiene necesidad de la mente. El ego, por consiguiente, trata de enseñarte que el cuerpo puede actuar como la mente y que es, por lo tanto, autosuficiente.

T-7.V.10.
No quiero compartir mi cuerpo en el acto de comunión porque no estaría compartiendo nada.

T-7.VI.8. He señalado repetidamente que el ego cree que puede atacar a Dios, y trata de convencerte de que eso es lo que tú has hecho. Si la mente no puede atacar, el ego—con perfecta lógica—arriba a la conclusión de que tú no puedes ser otra cosa que un cuerpo.

VII. El cuerpo como medio de comunicación

T-8.VII.1. Los ataques son siempre físicos. Cuando se infiltra en tu mente cualquier forma de ataque es que estás equiparándote con el cuerpo, ya que ésta es la interpretación que el ego hace de él.

Siempre que te equiparas con el cuerpo, experimentas depresión.

T-8.VII.2. Recuerda que para el Espíritu Santo el cuerpo es únicamente un medio de comunicación. Al ser el nexo de comunicación entre Dios y Sus Hijos separados, el Espíritu Santo interpreta todo lo que has hecho a la luz de lo que Él es. El ego separa mediante el cuerpo. El Espíritu Santo llega a otros a través de él. No percibes a tus hermanos tal como el Espíritu Santo lo hace porque no crees que los cuerpos sean únicamente medios para unir mentes, y para unirlas con la tuya y con la mía. Esta interpretación del cuerpo te hará cambiar de parecer con respecto al valor de éste. El cuerpo, de por sí, no tiene ningún valor

T-8.VII.3. Si usas el cuerpo para atacar, éste se convierte en algo perjudicial para ti. Si lo usas con el solo propósito de llegar hasta las mentes de aquellos que creen ser cuerpos para enseñarles a través del mismo cuerpo que eso no es verdad, entenderás el poder de la mente que reside en ti. Si usas el cuerpo con este fin, y sólo con este fin, no lo podrás usar para atacar. Cuando se usa con el propósito de unir se convierte en una hermosa lección de comunión, que tiene valor hasta que la comunión se consuma. Ésta es la forma en que Dios hace que lo que tú has limitado sea ilimitado. El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna.

T-8.VII.4. La comunicación pone fin a la separación. El ataque la fomenta. El cuerpo es feo o hermoso, violento o apacible, perjudicial o útil, dependiendo del uso que se haga de él. Y en el cuerpo de otro verás el uso que has hecho del tuyo. Si tu cuerpo se convierte en un medio que pones a disposición del Espíritu Santo para que Él lo use en nombre de la unión de la Filiación, no verás lo físico excepto como es. Úsalo para la verdad y lo verás correctamente. Úsalo incorrectamente y lo interpretarás mal, lo cual habrás hecho ya al usarlo incorrectamente. Interpreta cualquier cosa sin el Espíritu Santo y desconfiarás de ello. Eso te conducirá al odio y al ataque, y hará que pierdas la paz.


T-8.VII.7. La Biblia dice: “El Verbo (o pensamiento) se hizo carne”. Estrictamente hablando. eso es imposible, puesto que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. Los distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad de los milagros, tan sólo dan la impresión de existir. El pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. El pensamiento, no obstante, es comunicación, para lo que sí se puede usar el cuerpo. Éste es el único uso natural que se puede hacer de él. Usarlo de forma antinatural es perder de vista el propósito del Espíritu Santo, y confundirse con respecto al objetivo de Su plan de estudios.

T-8.VII.9. En este mundo, ni siquiera el cuerpo se percibe como algo íntegro. Se considera que su propósito está dividido en muchas funciones que no tienen ninguna relación entre sí o muy poca, de modo que parece estar regido por el caos.

El templo del ego se convierte así en el templo del Espíritu Santo, en el que la devoción por Él reemplaza a la devoción por el ego. En este sentido el cuerpo se convierte ciertamente en el templo de Dios, Su Voz reside en su interior dirigiendo el uso que se hace de él.

VIII. El pequeño jardín

T-18.VIII.1. Estar consciente del cuerpo es lo único que hace que el amor parezca limitado, 2 pues el cuerpo es un límite que se le impone al amor. (3) La creencia en un amor limitado fue lo que dio origen al cuerpo, que fue concebido para limitar lo ilimitado. 4 No creas que esto es algo meramente alegórico, pues el cuerpo fue concebido para limitarte a ti.

T-18.VIII.9. El Pensamiento de Dios rodea tu mísero reino y espera ante la barrera que construiste, deseoso de entrar y de derramar su luz sobre el terreno yermo. 2 ¡Mira cómo brota la vida por todas partes! 3 El desierto se convierte en un jardín lleno de verdor, fértil y plácido, ofreciendo descanso a todos los que se han extraviado y vagan en el polvo. (4) Ofréceles este lugar de refugio, que el amor preparó para ellos allí donde antes había un desierto. 5 Y todo aquel a quien le des la bienvenida te brindará el amor del Cielo. 6 Entran de uno en uno en ese santo lugar, pero no se marchan solos, que fue como vinieron. (7) El amor que trajeron consigo les acompañará siempre, al igual que a ti. (8) Y bajo su beneficencia tu pequeño jardín crecerá y acogerá a todos los que tienen sed de agua viva, pero están demasiado exhaustos para poder seguir adelante solos.

T-18.VIII.10. Sal a su encuentro, pues traen a tu Ser consigo, 2 y condúcelos dulcemente a tu plácido jardín y recibe allí su bendición. 3 De este modo, tu jardín crecerá y se extenderá a través del desierto, y no dejará afuera ni un solo mísero reino excluido del amor, dejándote a ti dentro. (4) Y tú te reconocerás a ti mismo y verás tu pequeño jardín transformarse dulcemente en el Reino de los Cielos con todo el amor de su Creador resplandeciendo sobre él.