Función

Antes de tomar cualquier decisión por tu cuenta, recuerda que ya has decidido ir en contra de tu función en el Cielo, y luego reflexiona detenidamente acerca de si quieres tomar decisiones aquí.
Tu única función aquí es decidir en contra de decidir qué es lo que quieres, reconociendo que no lo sabes. 

¿Cómo ibas a poder, entonces, decidir qué es lo que debes hacer? 


Deja todas las decisiones en manos de Uno que habla por Dios 
y a favor de tu función tal como Él la conoce.


T-14.IV.5

Luz ó Obscuridad

De la obscuridad del ego a Luz del Espíritu...

Es imposible concebir la luz y la obscuridad, o todo y nada, como posibilidades compatibles. Estos conceptos son o completamente verdaderos o completamente falsos. Es esencial que te des cuenta de que tu pensamiento seguirá siendo errático hasta que te comprometas firmemente con la luz o con la obscuridad. No obstante, un compromiso firme con la obscuridad o con la nada, es imposible. 

No hay nadie que haya vivido que no haya experimentado alguna luz o alguna cosa. 
Nadie es capaz, pues, de negar completamente la verdad, aunque piense que puede.  
T-3.II.1:3-8

El Espíritu Santo no puede hablarle a un anfitrión que no le dé la bienvenida, puesto que no sería oído. El Eterno Invitado jamás se ausenta, pero Su Voz se vuelve cada vez más tenue en compañía de extraños. Necesita tu protección, únicamente porque la atención que le prestas es señal de que deseas Su Compañía.  
Piensa como Él aunque sólo sea por un momento y la pequeña chispa se convertirá en una luz tan resplandeciente que inundará tu mente para que Él se convierta en tu único Invitado. 
Siempre que le abres las puertas al ego, menoscabas la bienvenida que le das al Espíritu Santo. Él no sé ausentará, pero habrás hecho una alianza contra Él. Sea cual sea la jornada que decidas emprender, Él irá contigo y esperará. Puedes confiar plenamente en Su paciencia, pues Él no puede abandonar a ninguna parte de Dios. Mas tú necesitas mucho más que paciencia.

No podrás descansar hasta que sepas cuál es tu función 
y la lleves a cabo, pues sólo en esto pueden estar completamente unidas la voluntad de tu Padre y la tuya. Tener a Dios es ser como Él, y Él se ha dado a Sí Mismo a ti. Tú que tienes a Dios debes ser como Dios, pues mediante Su regalo Su función se convirtió en la tuya. Invita este conocimiento de nuevo a tu mente y no dejes entrar ninguna otra cosa que lo pueda enturbiar. 
El Invitado que Dios te envió te enseñará cómo hacer esto sólo con que reconozcas la pequeña chispa y estés dispuesto a dejar que se expanda
No es necesario que estés enteramente dispuesto a ello porque Él lo está. Si simplemente le ofreces un pequeño lugar, Él lo iluminará tanto que gustosamente dejarás que éste se expanda. Y mediante esta expansión, comenzarás a recordar la creación.


T-11.II.5-6