Expiación

EL PERDÓN, LOS MILAGROS Y LA EXPIACIÓN: 

T1.I.21. 
Los milagros son expresiones naturales de perdón. Por medio de los milagros aceptas el perdón de Dios al extendérselo a otros. 

T1.I.25.

Los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón que, una vez completa, es la Expiación

T-2.IV.1.
El milagro es el medio, la Expiación 

el principio y la curación el resultado.
La Expiación—el último milagro—es un remedio
y cualquier clase de curación es su resultado.
T1.I.25. Los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón que, una vez completa, es la Expiación. La Expiación opera todo el tiempo y en todas las dimensiones del tiempo. Los milagros representan tu liberación del miedo.

T1.I.26.
"..."Expiar" significa "des-hacer". Deshacer el miedo es un aspecto esencial del poder expiatorio de los milagros.

T1.I.37.
"...Un milagro es una corrección que yo introduzco en el pensamiento falso. Actúa como un catalizador, disolviendo la percepción errónea y reorganizándola debidamente. Esto te coloca bajo el principio de la Expiación, donde la percepción sana. Hasta que esto no ocurra no podrás conocer el Orden Divino.

ver: re-organización sobre el error de la mente de invertir //causa-efecto//fuente y símbolo.

T1.I.44.
"...Los milagros son expresiones de una conciencia interna de Cristo y de haber aceptado Su Expiación.

III. La Expiación y los milagros

T-1.III.1.
"...Yo estoy a cargo del proceso de Expiación, que emprendí para darle comienzo.

Cuando le ofreces un milagro a cualquiera de mis hermanos, 
te lo ofreces a ti mismo y me lo ofreces a mí.

La razón por la que te lo ofreces a ti mismo primero es porque yo no necesito milagros para mi propia Expiación, pero estoy detrás de ti por si fracasas temporalmente. Mi papel en la Expiación es cancelar todos los errores que de otro modo tú no podrías corregir.
Cuando se te haya restituido la conciencia de tu estado original pasarás naturalmente a formar parte de la Expiación.
A medida que compartas conmigo mi renuencia a aceptar error alguno en ti o en los demás, te unirás a la gran cruzada para corregirlos. 

¿Que tengo que hacer?

Escucha mi voz, aprende a deshacerlos y haz todo lo necesario por corregirlos. Tienes el poder de obrar milagros. Yo proveeré las oportunidades para obrarlos, pero tú debes estar listo y dispuesto.
El obrarlos trae consigo convicción en la capacidad, ya que la convicción llega con el logro.

La capacidad es el potencial, el lograrlos es su expresión, 
y la Expiación —la profesión natural de los Hijos de Dios— 
es el propósito.

¿Quienes son los perdonados como medio?

T-1.III.3.
"...Los perdonados son el medio de la Expiación. Al estar infundidos por el espíritu, perdonan a su vez. Aquellos que han sido liberados deben unirse para liberar a sus hermanos, pues ése es el plan de la Expiación

T-1.III.4.
"...Yo soy el único que puede obrar milagros imparcialmente porque yo soy la Expiación. Tú tienes un papel en la Expiación que yo te dictaré. Pregúntame qué milagros debes llevar a cabo. 

T-1.III.5.
"...Eres libre de establecer tu reino donde mejor te parezca, pero no puedes sino elegir acertadamente si recuerdas esto:

El espíritu está eternamente en estado de gracia.
Tu realidad es únicamente espíritu.
Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia.
Desde este punto de vista,
la Expiación deshace todos los errores, 
y de esta forma extirpa las raíces del temor.
T-1.III.7.
"...La naturaleza impersonal del milagro se debe a que la Expiación en sí es una, lo cual une a todo lo creado con su creador. Como expresión de lo que verdaderamente eres, el milagro sitúa a la mente en un estado de gracia. La mente, entonces, naturalmente da la bienvenida tanto al Huésped interno como al desconocido externo. Al invitar adentro al desconocido, éste se convierte en tu hermano.

T-1.III.9.
"...Los milagros son selectivos únicamente en el sentido de que se canalizan hacia aquellos que los pueden usar en beneficio propio. Puesto que esto hace que sea inevitable el que los extiendan a otros, se suelda una fuerte cadena de Expiación

IV. Cómo escapar de la oscuridad

T-1.IV.2.
"...El milagro se une a la Expiación al poner a la mente al servicio del Espíritu Santo.

"...la Expiación restituye el espíritu al lugar que le corresponde. La mente que sirve al espíritu es invulnerable.

T-1.IV.3.
"...El propósito de la Expiación es devolvértelo todo, o más bien, devolvérselo el amor a tu conciencia. Se te dio todo cuando fuiste creado, exactamente como se les dio a todos los demás..."

V. Plenitud y espíritu

T-1.V.3.
"...Cuando la Expiación se haya completado, todos los Hijos de Dios compartirán todas las aptitudes..."

T-1.VII.5.
"..He tenido mucho cuidado al clarificar mi papel en la Expiación sin añadirle ni restarle importancia..."


2 – LA SEPARACIÓN Y LA EXPIACIÓN

I. Los orígenes de la separación

"...Te liberas cuando aceptas la Expiación, lo cual te permite darte cuenta de que en realidad tus errores nunca ocurrieron..."

II. La Expiación como defensa

T-2.II.4.
"...La Expiación es la única defensa que no puede usarse destructivamente porque no es un recurso que tú mismo hayas inventado. El principio de la Expiación estaba en vigor mucho antes de que ésta comenzara.

El principio era el amor y la Expiación fue un acto de amor. Antes de la separación los actos eran innecesarios porque no existía la creencia en el tiempo ni en el espacio.

Fue sólo después de la separación cuando se planearon la Expiación y las condiciones necesarias para su cumplimiento. Se necesitó entonces una defensa tan espléndida que fuese imposible usarla indebidamente, aunque fuese posible rechazarla.

Su rechazo, no obstante, no podía convertirla en un arma de ataque, que es la característica intrínseca de otras defensas. La Expiación, pues, resulta ser la única defensa que no es una espada de dos filos. Tan sólo puede sanar.

T-2.II.5.
"...La Expiación se instituyó dentro de la creencia en el tiempo y en el espacio para fijar un límite a la necesidad de la creencia misma, y, en última instancia, para completar el aprendizaje. 

La Expiación es la lección final.

El aprendizaje en sí, al igual que las aulas donde tiene lugar, es temporal. La capacidad para aprender carece de valor cuando ya no hay necesidad de cambiar. 

Los que son eternamente creativos no tienen nada que aprender. Tú puedes aprender a mejorar tus percepciones y puedes convertirte progresivamente en un mejor alumno.

De este modo habrá cada vez más armonía entre la creación y tú, pero la Filiación en sí es una creación perfecta y la perfección no tiene grados. El aprendizaje tiene sentido únicamente mientras se crea en diferencias.

T-2.II.6.
La Expiación es el medio a través del cual puedes liberarte del pasado a medida que avanzas. La Expiación desvanece los errores que cometiste en el pasado, haciendo de este modo innecesario el que sigas volviendo sobre tus pasos sin avanzar hacia tu retorno. 

En este sentido la Expiación ahorra tiempo, pero al igual que el milagro al que sirve, no lo abole. 

Mientras siga habiendo necesidad de Expiación, seguirá habiendo necesidad de tiempo. Pero la Expiación, en cuanto que plan que ya se ha completado, tiene una relación única con el tiempo. Hasta que la Expiación no se complete, sus diversas fases evolucionarán en el tiempo, pero la Expiación en su totalidad se encuentra al final del tiempo. En ese punto el puente de retorno ya se ha construido.

T-2.II.7.
La Expiación es un compromiso total. 

"...Una defensa de doble filo es intrínsecamente débil precisamente porque tiene dos filos, y puede volverse contra ti inesperadamente. Esta posibilidad no se puede controlar excepto con milagros. El milagro convierte la defensa de la Expiación en tu verdadera protección, y, a medida que adquieres más y más seguridad, asumes tu talento natural de proteger a otros, reconociéndote simultáneamente corno Hijo y como hermano..."

III. El altar de Dios

T-2.III.1.
"...Sólo puedes aceptar la Expiación dentro de ti liberando la luz interior. Desde la separación, las defensas se han usado casi exclusivamente para defenderse contra la Expiación y mantener así vigente la separación. Generalmente esto se manifiesta como una necesidad de proteger el cuerpo. Las múltiples fantasías corporales a las que las mentes se entregan proceden de la creencia distorsionada de que el cuerpo puede usarse como un medio para alcanzar la "Expiación". 

Percibir el cuerpo como un templo es únicamente el primer paso en el proceso de corregir esta distorsión, ya que sólo la altera en parte.

Dicha percepción del cuerpo ciertamente reconoce que la Expiación en términos físicos es imposible.

El siguiente paso, no obstante, es darse cuenta de que un templo no es en modo alguno una estructura [cuerpo]. Su verdadera santidad reside en el altar [mente] interior en torno al cual se erige la estructura. 

El <Espíritu Santo> no ve templos solo altares.

Hacer hincapié en estructuras hermosas es señal de que se teme a la Expiación y de que no se está dispuesto a llegar al altar en sí. La auténtica belleza del templo no puede verse con los ojos físicos.
La visión espiritual, por otra parte, al ser una visión perfecta, no puede ver la estructura en absoluto. Puede, no obstante, ver el altar con perfecta claridad.

T-2.III.2.
"...Para que la eficacia de la Expiación sea perfecta, a ésta le corresponde estar en el centro del altar interior [mente], desde donde subsana la separación y restituye la plenitud de la mente. Antes de la separación la mente era invulnerable al miedo, ya que el miedo no existía. "...Tanto la separación como el miedo son creaciones falsas que tienen que deshacerse a fin de que se pueda restaurar el templo [cuerpo como medio de comunicación] y abrir el altar [la mente] para que reciba la ExpiaciónEsto supone el fin de la separación, al poner dentro de ti la única defensa eficaz contra todo pensamiento de separación, haciendo de este modo que seas absolutamente invulnerable.

T-2.III.3.
Tiene que haber una mejor manera de hacer las cosas

"...El que todos acepten la Expiación es sólo cuestión de tiempo.

T-2.III.4.
Pon tu mente al servicio del Espíritu Santo

"...La visión espiritual [Espíritu Santo] literalmente no puede ver el error, y busca simplemente la Expiación.

Todas las soluciones que los ojos del cuerpo buscan se desvanecen. La visión espiritual mira hacia adentro e inmediatamente se da cuenta de que el altar ha sido profanado y de que necesita ser reparado y protegido.

El Espíritu Santo no esta interesado en que le entregas nada.

Perfectamente consciente de la defensa apropiada, la visión espiritual [Espíritu Santo] pasa por alto todas las demás y mira más allá del error hacia la verdad. Debido a la fuerza de su visión, pone a la mente a su servicio. Esto re-establece el poder de la mente y hace que las demoras le resulten cada vez más intolerables al darse cuenta de que lo único que hacen es añadir dolor innecesario.

Como resultado de ello, la mente se vuelve cada vez más sensible a lo que antes habría considerado sólo pequeñas molestias.

T-2.III.5. (no te nieges el pan de cada día)
La Expiación es la única ofrenda digna de ser ofrecida en el altar de Dios, debido al valor que el altar en sí tiene. Fue creado perfecto y es absolutamente digno de recibir perfección.
Siempre que tienes miedo, te engañas a ti mismo,
y tu mente no puede servir al Espíritu Santo.
Aprende a ver el mundo como fin a la separación:


Tienen que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la separación.


La Expiación es la garantía de que finalmente lo lograrán.


IV. La curación y la liberación del miedo
T-2.IV.1.
"...Vamos a hacer ahora hincapié en la curación.

El milagro es el medio, la Expiación 
el principio y la curación el resultado.

Hablar de "una curación milagrosa" es combinar impropiamente dos órdenes de realidad diferentes. Una curación no es un milagro.
La Expiación—el último milagro—es un remedio
y cualquier clase de curación es su resultado.
Es irrelevante a qué clase de error se aplique la Expiación.
Toda curación es esencialmente una liberación del miedo.

T-2.IV.2.
"...Un paso importante en el plan de la Expiación es deshacer el error en todos los niveles. 
(ver: la confusión de niveles)

La distorsión que dio lugar a la magia se basa en la creencia de que existe una capacidad creativa en la materia que la mente no puede controlar. 

Este error puede manifestarse de dos formas: se puede creer que la mente puede crear falsamente en el cuerpo, o que el cuerpo puede crear falsamente en la mente.
Cuando se comprende que la mente—el único nivel de creación—no puede crear más allá de sí misma, ninguno de esos dos tipos de confusión tiene por qué producirse.

T-2.IV.3.
"...Sólo la mente puede crear porque el espíritu ya fue creado, y el cuerpo es un recurso de aprendizaje al servicio de la mente.

"...El cuerpo; si se le entiende correctamente , comparte la invulnerabilidad de la Expiación en lo que respecta a las defensas de doble filo. 

T-2.V.4.
"...si tus inclinaciones a obrar milagros no están funcionando debidamente, es siempre porque el miedo se ha infiltrado en tu mentalidad recta y la ha invertido.
Toda forma de mentalidad-no-recta es el resultado 
de negarte a aceptar la Expiación para ti mismo. 
Si la aceptases estarías en una posición desde la que podrías reconocer que los que tienen necesidad de curación son simplemente aquellos que aún no se han dado cuenta de que la mentalidad recta es en sí la curación.

T-2.V.5.
La única responsabilidad del obrador de milagros 
es aceptar la Expiación para sí mismo"

Esto significa que reconoces que la mente es el único nivel creativo, y que la Expiación puede sanar sus errores. Una vez que hayas aceptado esto, tu mente podrá solamente sanar.

T-2.V.7.
"...Anteriormente dije que el Espíritu Santo no puede ver errores, y que sólo puede mirar más allá de ellos hacia la defensa de la Expiación.

No cabe duda de que esto puede producir incomodidad, más la incomodidad no es el resultado final de la percepción. Cuando se le permite al Espíritu Santo contemplar la profanación del altar, Él mira de inmediato también hacia la Expiación. Nada que Él perciba puede producir miedo. Todo lo que resulta de la conciencia Espiritual simplemente se canaliza hacia la corrección. La incomodidad se manifiesta únicamente para traer a la conciencia la necesidad de corrección.

T-2.V.10.
"...La caridad es una manera de ver a otro como si ya hubiese llegado mucho más allá de lo que en realidad ha logrado en el tiempo hasta ahora. Puesto que su pensamiento tiene fallos, no puede ver que la Expiación es para él, pues, de otro modo, no tendría necesidad de caridad.

El milagro, al ser una expresión de caridad, tan sólo puede acortarlo. 
Hay que entender, no obstante, que cuando le ofreces un milagro a otro estás acortando su sufrimiento y el tuyo. Esto corrige tanto retro-activamente como progresivamente.

T-2.V.15 (5). 
El poder del milagro para ajustar niveles genera la percepción correcta que da lugar a la curación. Hasta que eso no ocurra será imposible entender lo que es la curación. El perdón es un gesto vacío a menos que conlleve corrección. Sin ella, lo que hace es básicamente juzgar, en vez de sanar.


T-2.VI.7.
"...El primer paso correctivo para deshacer el error es darse cuenta, antes que nada, de que todo conflicto es siempre una expresión de miedo. Dite a ti mismo que de alguna manera tienes que haber decidido no amar, ya que de otro modo el miedo no habría podido hacer presa en ti. A partir de ahí, todo el proceso correctivo se reduce a una serie de pasos pragmáticos dentro del proceso más amplio de aceptar que la Expiación es el remedio. Estos pasos pueden resumirse de la siguiente forma:

Reconoce en primer lugar que lo que estás experimentando es miedo.
El miedo procede de una falta de amor.
El único remedio para la falta de amor es el amor perfecto.
El amor perfecto es la Expiación.

T-2.VI.8.
"...He subrayado que el milagro—la expresión de la Expiación—es siempre un gesto de respeto del que es digno para con otro que también es digno. El reconocimiento de esa dignidad lo reestablece la Expiación.

Resulta obvio, por lo tanto, que cuando tienes miedo, te has colocado a ti mismo en una posición en la que necesitas la Expiación. Has actuado sin amor, al haber elegido sin amor. Ésta es precisamente la situación para la que se instituyó la Expiación.

La necesidad del remedio inspiró su establecimiento. Mientras te limites a reconocer únicamente la necesidad del remedio, seguirás teniendo miedo. Sin embargo, tan pronto como aceptes el remedio, habrás des-hecho el miedo. Así es como tiene lugar la verdadera curación.



3 – LA PERCEPCIÓN INOCENTE
I. Expiación sin sacrificio

T-3.I.1.
"...Hay otro punto que debe quedar perfectamente claro antes de que pueda desaparecer cualquier residuo de temor que aún esté asociado con los milagros.

La crucifixión no estableció la Expiación; fue la resurrección la que lo hizo. 

T-3.I.7.
"...La Expiación de por sí sólo irradia verdad. Es, por lo tanto, el epítome de la mansedumbre y derrama únicamente bendiciones. 

"...La resurrección demostró que nada puede destruir a la verdad. El bien puede resistir cualquier clase de mal, al igual que la luz disipa cualquier clase de oscuridad. La Expiación es, por lo tanto, la lección perfecta. Es la demostración concluyente de que todas las demás lecciones que enseñé son ciertas.

T-3.I.8.
"...La inocencia de Dios es el verdadero estado mental de Su Hijo. En ese estado tu mente conoce a Dios, pues Dios no es algo simbólico; Dios es un Hecho. Cuando conoces a Su Hijo tal como es, te das cuenta de que la Expiación, y no el sacrificio, es la única ofrenda apropiada para el altar de Dios, en el que sólo la perfección tiene cabida.

T-3.II.5.
"...Nada puede prevalecer contra un Hijo de Dios que encomienda su espíritu en las Manos de su Padre. Al hacer esto, la mente despierta de su sueño y recuerda a su creador..."
Toda sensación de separación desaparece.
Pero esta visión sólo la pueden percibir los verdaderamente inocentes, quienes al ser puros de corazón, defienden la verdadera percepción en vez de defenderse de ella. Puesto que entienden la lección de la Expiación no tienen el deseo de atacar, y, por lo tanto, pueden ver correctamente.