Espíritu - Ego

Si no puedes oír la Voz de Dios, es porque estás eligiendo no escucharla.

Pero que sí escuchas a la voz de tu ego lo demuestran tus actitudes, tus sentimientos y tu comportamiento.


No obstante, eso es lo que quieres. Eso es por lo que luchas y lo que procuras proteger manteniéndote alerta. Tu mente está repleta de estratagemas para hacer quedar bien al ego, pero no buscas la faz [rostro] de Cristo. El espejo en el que el ego trata de ver su rostro es ciertamente tenebroso. ¿De qué otra manera, sino con espejos, podría seguir manteniendo la falsedad de su existencia? 

Con todo,
dónde buscas para encontrarte a ti mismo
depende de ti.

T-4.IV.1.